El consejo del Banco Central (BC) resolvió ayer lunes mantener en un 11,25% anual la tasa de interés de política monetaria (TPM), una medida impulsada en octubre del año pasado para ajustar para controlar la inflación, tal como esperaban los mercados.
La decisión fue adoptada con un inusual disenso respecto al ritmo de relajación de la herramienta: la presidenta del emisor, Rosana Costa, y los consejeros Alberto Naudon y Luis Felipe Céspedes, votaron por no cambiar su nivel actual, mientras que el vicepresidente, Pablo García, y la consejera Stephany Griffih-Jones estuvieron por reducirla en 50 puntos base.
Luego de una nueva Reunión de Política Monetaria (RPM), el emisor dijo, a través de un comunicado, que la TPM «se ha mantenido contractiva por varios trimestres, lo que ha contribuido de forma relevante a la baja de la inflación. Si bien los riesgos en torno a esta persisten, se han ido equilibrando».
«La evolución más reciente de la economía apunta en la dirección requerida», por lo que, «de mantenerse estas tendencias, la TPM iniciará un proceso de reducción en el corto plazo».
«Su magnitud y temporalidad tomará en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación», señaló el Central, que reafirmó «su compromiso de actuar con flexibilidad en caso de que alguno de los riesgos internos o externos se concrete y las condiciones macroeconómicas así lo requieran».
