Según las últimas informaciones emanadas desde el vecino país de Argentina, el ícono del deporte “La Mano de Dios” sufrió un paro cardiorrespiratorio en la casa en la que se había instalado tras su operación en la cabeza.
Llegó el día y lo inevitable ocurrió. El mundo impactado tras una noticia que marcará un antes y un después en todas las latitudes del mundo del futbol. Un impacto mundial, y lo que se veía venir desde hace años, ocurrió el día de hoy 25 de noviembre: murió Diego Armando Maradona.
La vida de excesos llevada por el astro durante su carrera deportiva y posterior a ella, habrían sido los condimentos que lograron en definitiva, quitarle la vida a Diego Armando.
Maradona fue de las personas auténticas en su manera tan especial de ser. Siempre abrió su vida de par en par para comunicar sus vivencias, situaciones, adicciones, rehabilitaciones y temas familiares. Maradona podría ser la misma cara de dos espejos: aquel en el que resulta placentero mirarnos y el otro, el que nos avergüenza.
Entre tantas cosas que hizo en su vida, Maradona hizo una particularmente extraña: se entrevistó a sí mismo. El Diego de saco le preguntó al de remera de qué se arrepentía. “De no haber disfrutado del crecimiento de las nenas, de haber faltado a fiestas de las nenas… Me arrepiento de haber hecho sufrir a mi vieja, mi viejo, mis hermanos, a los que me quieren. No haber podido dar el 100 por ciento en el fútbol porque yo con la cocaína daba ventajas. Yo no saqué ventaja, yo di ventaja”, se contestó en una sesión de terapia con 40 puntos de rating.
En ese mismo montaje realizado en 2005 en su programa “La noche del Diez”, el Diego de traje le propuso al de remera que deje unas palabras para cuando a Diego le llegue el día de su muerte. “Uhh, ¿qué le diría?”, piensa. Y define: “Gracias por haber jugado al fútbol, gracias por haber jugado al fútbol, porque es el deporte que me dio más alegría, más libertad, es como tocar el cielo con las manos. Gracias a la pelota. Sí, pondría una lápida que diga: gracias a la pelota”.