Con una capacidad para generar cerca de 1.000 m3/día de agua desalinizada, equivalente al consumo diario de aproximadamente 6.500 personas, se inauguró la primera planta desalinizadora de agua de mar de Arica, la que extrae agua del océano y permite a la empresa «Golden Omega» abastecerse con este recurso renovable, beneficiando a la ciudad al disminuir la demanda desde la red pública de agua potable.
La inauguración estuvo encabezada por el Gobernador de Arica y Parinacota, Jorge Díaz, y contó con la participación de dirigentes sociales, diversas autoridades regionales y representantes de sectores empresariales, quienes pudieron conocer las nuevas instalaciones de la planta desalinizadora ubicada en el complejo industrial de «Golden Omega» en el sector de Arenillas Negras.
El gobernador Jorge Díaz señaló al portal «Arica al Día» que, “esta planta desalinizadora es un muy buen ejemplo de la visión que debe tener el sector privado para desarrollar prácticas más sostenibles y fomentar un uso más consciente de los recursos. Esta iniciativa va en línea con los esfuerzos que realiza nuestro Gobierno Regional para enfrentar los efectos del cambio climático; avanzar con fuerza hacia una gran planta desalinizadora de agua de mar para la región y así asegurar el agua para el consumo humano».
Por su parte, el gerente general de «Golden Omega», Jorge Brahm, explicó que “la operación de esta planta desalinizadora nos otorga mayor autonomía de la red de agua potable de Arica, entregándole mayor capacidad disponible para su utilización a la comunidad. De esta forma, aseguramos la continuidad de suministro para nuestra operación y liberamos un recurso tan importante en medio de un período de escasez hídrica, lo que va en línea con la estrategia de sostenibilidad de Golden Omega”.
«El diseño de esta planta desalinizadora permite devolver el agua al mar con la misma salinidad con la que fue obtenida, ya que su utilización no es para consumo, sino que para circulación y enfriamiento durante los procesos productivos. De esta forma, el agua desalinizada tras ser empleada se mezcla con la salmuera y recupera su concentración natural, por lo que al ser devuelta al mar no presenta un mayor porcentaje de salinidad que la del agua extraída desde el mar», sostuvo Brahm.