YA ES 10 DE AGOSTO: ¡VIVA SAN LORENZO EL PATRONO DE TARAPACÁ!
Después de tres años sin poder desarrollar la fiesta en el Pueblo de Tarapacá, hoy las calles adornadas con los colores rojo y amarillo saludan al Patrono de Tarapacá: San Lorenzo.
Madrugada con más de cien mil peregrinos en la explanada y que a través de danzas, oraciones, cantos y en compañía de familias llegadas desde distintos puntos del Norte y el país, han dado las gracias al “Lolito” a través de mandas y peticiones unidos todos en una fe inquebrantable bajo el alero de Cristo y Dios Padre.
Vilas Radio agradece a cada auditor que se hizo parte de las transmisiones especiales y programas durante la previa de la celebración de este 10 de agosto, valorando el trabajo de un equipo técnico y humano liderado por el director Tomás Vila Ramírez y en compañía de toda la familia Vilas.
Hoy celebramos y agradecemos a uno de los santos más representativos de nuestra región y el norte. Conocido como el Patrono del pueblo, los mineros, trasportistas, trabajadores, los olvidados, y todo aquél que sienta al “Lolito” como el gran diácono que vio en la gente el gran tesoro de Dios. Ilumina con tu presencia cada uno de nuestros hogares, y continúa intercediendo por todos tus devotos que cada 10 agosto vibran con tu amor.
LA HISTORIA
Hoy recordamos a San Lorenzo, uno de los mártires de la Iglesia católica y que nos recuerda la importancia del servicio. Fue uno de los siete diáconos regionales de Roma, ciudad donde fue martirizado en una parrilla el 10 de agosto de 258 D. C. Cuando el Papa Sixto fue nombrado en el año 257 d. C.,
Lorenzo fue ordenado diácono. En este cargo le tocó la administración de los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta razón, Lorenzo es oficialmente el santo patrono de los Diáconos. Además, debido a sus tareas administrativas, la tradición lo considera uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia.
LA MUERTE DE LORENZO
El emperador Valeriano proclamó un edicto de persecución en el que prohibía el culto cristiano y las reuniones en los cementerios. Aprovechando el reciente asesinato del Papa, el alcalde de Roma ordenó a Lorenzo que entregara las riquezas de la Iglesia. Pero Lorenzo pidió tres días para poder recolectarlas y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba. Al tercer día, compareció ante el prefecto, y le presentó los pobres y enfermos que había congregado y le dijo que esos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia. El prefecto entonces le dijo: «Osas burlarte de Roma y del Emperador, y perecerás. Pero no creas que morirás en un instante, lo harás lentamente y soportando el mayor dolor de tu vida».
Lorenzo fue quemado vivo en una parrilla, cerca del Campo de Verano, en Roma. Su santo se celebra el 10 de agosto, día en el que recibió el martirio.
Fue enterrado en la Vía Tiburtina, en las catacumbas de Ciriaca, por Hipólito de Roma y el presbítero Justino. Un siglo más tarde, el papa Dámaso I (366-384) reconstruyó la iglesia, hoy en día conocida como Basílica di San Lorenzo fuori le Mura, mientras que la iglesia de San Lorenzo in Panisperna se alza sobre el lugar de su martirio.