
Un ataque incendiario en Collipulli dejó una camioneta de servicios forestales destruida luego que cuatro sujetos armados obligaran a sus ocupantes a abandonarla y la prendieran fuego. La Fiscalía instruyó peritajes de la PDI en el lugar para reunir antecedentes y determinar las causas y autores del hecho
En la fría mañana de este sábado, cuando el reloj aún no marcaba las 07:30, un episodio de violencia volvió a sacudir los tranquilos caminos rurales de Collipulli, comuna de la Región de La Araucanía que ha sido escenario de múltiples hechos de ruralidad violenta en los últimos años. La densa pampa y los bosques cercanos fueron testigos de un ataque incendiario que no solo destruyó una camioneta de servicios forestales, sino que también reavivó el temor entre quienes transitan y trabajan en la zona.
Según los primeros antecedentes, al menos cuatro encapuchados armados detuvieron una camioneta que prestaba servicios a una importante empresa forestal (CMPC), obligando a sus ocupantes a abandonar el vehículo bajo amenaza. Minutos después, rociaron el móvil con algún acelerante y le prendieron fuego, viéndose consumido por las llamas en cuestión de segundos.
La violencia rural, lejos de ser un fenómeno aislado, conforma una serie de atentados incendiarios y ataques que se han repetido por años en la zona de Malleco, especialmente alrededor de Collipulli y sus rutas vecinas. Solo este año se registraron otros ataques que incluyeron la quema de máquinas y camiones en distintos sectores, desde la Ruta 5 Sur hasta caminos secundarios como la R-49, algunos dejando incluso panfletos con reivindicaciones políticas tras la huida de los agresores.
Este último hecho, que generó alarma entre los trabajadores y residentes, activó de inmediato la acción del Ministerio Público, que dispuso la concurrencia del Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones (PDI). Los peritos trabajan en el sitio levantando evidencia, rastros y cualquier indicio que permita reconstruir cómo se produjo el ataque y quiénes podrían estar detrás de este nuevo episodio de violencia rural.
Para los habitantes del sector Curaco, donde ocurrió el hecho, la escena fue dantesca: el humo negro elevándose sobre los árboles y el fuego devorando el metal del vehículo, en un silencioso recordatorio de que la violencia en La Araucanía sigue manifestándose de formas crueles y directas contra la infraestructura productiva y a quienes dependen de ella.
El antecedente se suma a un patrón preocupante: en meses recientes, grupos armados han atacado maquinaria, camiones y camionetas en rutas que conectan Collipulli con otras comunas como Angol y Los Sauces, interrumpiendo el tránsito, dañando bienes y generando un clima de inseguridad constante para trabajadores forestales, transportistas y comunidades rurales.
Este tipo de hechos no solo afectan la integridad del sector productivo, sino que también exacerban las tensiones sociales en la región y obligan a las autoridades locales, policiales y judiciales a redoblar esfuerzos para dar una respuesta efectiva. Mientras tanto, los residentes de Collipulli observan con inquietud cómo las carreteras, que deberían ser vías de desarrollo y conexión, se transforman en escenarios de alteraciones que desafían la paz rural.
La investigación se mantiene en curso mientras la comunidad espera respuestas claras que permitan poner freno a estos ataques antes de que escalen nuevamente y se cobren no solo bienes materiales, sino vidas humanas.







