El creciente número de armas robadas o extraviadas en el país volvió a situarse en el centro del debate público, luego de que se confirmara una marcada discrepancia entre los registros de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) y los de Carabineros de Chile. Las diferencias superan las 15 mil armas, cifra que encendió las alertas sobre los mecanismos de control y notificación actualmente vigentes.
De acuerdo con antecedentes publicados por El Mercurio, la DGMN contabilizó durante 2024 un total de 7.980 armas desaparecidas por robo, hurto o extravío, el número más alto de los últimos veinte años. Sin embargo, Carabineros informó un volumen mucho mayor: 23.350 casos registrados en el mismo periodo.
Consultado por la brecha entre ambos sistemas, el capitán Claudio Fernández, jefe de la Sección de Armas de la DGMN, explicó que la diferencia responde principalmente a que muchas personas denuncian la pérdida o sustracción solo en Carabineros y no ante la autoridad fiscalizadora correspondiente. “La ley exige que el usuario acuda tanto a la comisaría como a la autoridad fiscalizadora. Pero en la práctica, muchos solo reportan el hecho a Carabineros, lo que genera esta disparidad en las cifras”, señaló.
Fernández detalló que las autoridades fiscalizadoras se distribuyen en todo el país entre unidades de Carabineros y del Ejército, y son estas las que remiten la información oficial a la DGMN. “Nosotros no contamos con un cruce automático de datos, por lo que dependemos de que el usuario cumpla con el proceso completo”, agregó.
El funcionario recordó además que quienes no reporten el extravío o robo del arma ante ambas instancias se exponen a sanciones que van desde 10 a 100 UTM, según lo establece la normativa vigente.
La diferencia entre los registros volvió a abrir el debate sobre la necesidad de mejorar los sistemas de trazabilidad y fortalecimiento de los controles para evitar que armas inscritas terminen circulando en manos de la delincuencia.
