
El piloto acrobático Fernando Tapia, figura emblemática del Club Aéreo de San Felipe y famoso por sus videos en redes sociales, murió tras capotar su aeronave en un campo del sector 21 de Mayo, en Putaendo. Horas antes, había compartido en Instagram su entusiasmo por volver al aire.
“Nada mejor que un completito con sabor a aceite de motor”: la última frase de un aviador que amaba volar
El sol comenzaba a caer sobre el Valle de Aconcagua cuando un estruendo rompió la calma rural del sector 21 de Mayo, en Putaendo. Una avioneta descendía descontrolada, dejando tras de sí una estela de humo y fuego. Era el final del vuelo de Fernando Tapia, un nombre conocido entre los amantes de la aviación chilena y, sobre todo, entre los miles que lo seguían en redes bajo el apodo que él mismo se dio con humor y orgullo: “Torniquete Carajo”.
Tapia, instructor de vuelo, piloto privado y presidente del Club Aéreo de San Felipe, había dedicado su vida al cielo. Era uno de esos aviadores que parecían nacidos con alas. En sus redes mostraba maniobras acrobáticas, aterrizajes perfectos, consejos técnicos y bromas de hangar que lo convirtieron en una pequeña celebridad del mundo aeronáutico.

El vuelo que terminó en tragedia
Eran cerca de las 19:15 horas del miércoles cuando Carabineros y Bomberos recibieron la alerta: una avioneta se había precipitado en una parcela del callejón Segovia, en el sector rural de Putaendo. Al llegar, los equipos de emergencia se encontraron con la aeronave completamente destruida y envuelta en llamas. Dentro, el cuerpo calcinado del piloto confirmaba lo peor: no había sobrevivientes.
El impacto fue tal que incluso residentes de sectores aledaños reportaron haber visto “una bola de fuego caer del cielo”. Bomberos trabajó por largo rato para sofocar el incendio que se extendió por el pastizal seco del valle, mientras la policía acordonaba el área para las pericias de rigor.
Las causas bajo investigación
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) encabezó las pericias en el lugar para establecer qué provocó el accidente. Aunque aún no hay conclusiones oficiales, testigos relataron que la avioneta pareció perder altura de forma abrupta, sin señales previas de emergencia.
“Todo fue en segundos. Se escuchó un golpe seco y luego una explosión. Cuando salimos, ya estaba ardiendo”, contó un residente del sector.
La tragedia golpeó de lleno al mundo aeronáutico local. “Fernando era un apasionado, un referente. Volar era su vida”, lamentaron compañeros del Club Aéreo de San Felipe, quienes acompañaron las labores de rescate visiblemente afectados.
El aviador que desafió la gravedad… y la rutina
Horas antes del accidente, Tapia había compartido en Instagram lo que, sin saberlo, sería su último mensaje:
“Nada mejor que un completito con sabor a aceite de motor. ¡En un rato más al aire!”.
Una frase sencilla, casi doméstica, pero que hoy resuena como un presagio trágico. En otro video, publicado poco antes, se lo ve aplicando silicona a su avioneta mientras bromea con un amigo. “Temas muy serios y profundos de conversación”, decía entre risas.
Su vida estaba marcada por el riesgo y la pasión. En 2023, compartió un video que lo volvió viral: un aterrizaje de emergencia sin hélice, ocurrido más de 15 años atrás, en el que logró salvar a todos los pasajeros. “Es una emergencia real, pero tranquilos, estamos en casa”, se escucha decir en el registro. Era un aviador experimentado, acostumbrado a mantener la calma cuando el cielo se volvía adverso.
Del aplauso digital al silencio del hangar
Con miles de seguidores en TikTok e Instagram, Tapia se convirtió en una figura querida por su tono cercano, su sentido del humor y su mirada romántica del vuelo. Publicaba desde el taller, desde la cabina, desde el aire. Su estilo mezclaba la técnica con la pasión y la adrenalina con la enseñanza.
Hoy, sus redes son un altar digital: mensajes de despedida, videos repostados, homenajes de otros pilotos y usuarios que alguna vez soñaron con volar como él. “Siempre arriba, maestro”, “Los cielos te reciben”, se lee entre los cientos de comentarios.
La investigación continúa
Mientras los peritos analizan los restos del fuselaje y las autoridades revisan las condiciones del vuelo, la comunidad de Putaendo intenta procesar el golpe. El fuego ya fue extinguido, pero el eco del accidente sigue resonando en los cerros del Aconcagua.
El Ministerio Público instruyó las diligencias correspondientes, mientras la DGAC revisa los registros de vuelo y posibles fallas mecánicas. Todo apunta a que el accidente ocurrió durante una maniobra rutinaria.
Un piloto que amó el cielo hasta el final
Fernando Tapia no solo fue un piloto acrobático. Fue un apasionado del aire, un maestro de vuelo y un soñador que hizo del cielo su segunda casa. Su muerte deja un vacío en los hangares de San Felipe y una historia que, aunque terminó en tragedia, sigue inspirando a quienes ven en las nubes más que un paisaje: un destino.
Su último vuelo no tuvo regreso, pero sí un mensaje que hoy resuena entre quienes lo admiraban: volar no es solo una profesión, es una forma de vida… y a veces, de despedida.







