
El informe final de la Dirección General de Aeronáutica Civil revela que el expresidente Sebastián Piñera perdió el control visual de su helicóptero por un fenómeno conocido como flash fogging, que bloqueó de golpe la visibilidad en la cabina. Pese a que todo estaba en regla —licencias, aeronave y clima—, un instante de desorientación selló su destino.
El instante que borró el horizonte: un vuelo que terminó en tragedia
Era un vuelo privado, corto, rutinario. Sebastián Piñera Echenique, 74 años, despegó desde la ribera sur del Lago Ranco rumbo a su residencia en Coique acompañado de su hermana Magdalena y dos amigos, Ignacio y Bautista Guerrero. Pero apenas los motores rugieron, un enemigo invisible se infiltró en la cabina: el parabrisas se empañó súbitamente.
La DGAC lo llama flash fogging: condensación instantánea que bloquea toda visibilidad externa. “Durante el ascenso inicial, la visión desde la cabina hacia el exterior se degradó completamente, llevando a un descenso inadvertido que terminó en impacto con la superficie del lago”, detalla el informe N° 2047-24, de 86 páginas.
Ni la experiencia de Piñera —más de 560 horas de vuelo en la misma aeronave—, ni la aeronave en perfecto estado, ni las condiciones meteorológicas favorables pudieron evitar la tragedia. A 172 metros del despegue, el helicóptero tocó el agua y comenzó a hundirse.
Un segundo fatal que cambió todo
Los pasajeros sobrevivieron nadando hasta la orilla. Piñera no tuvo la misma suerte: atrapado en la cabina que se llenaba de agua, falleció por asfixia por inmersión. Lo que parecía un vuelo de rutina se convirtió en un epílogo trágico donde un cristal empañado borró el horizonte y la vida de un exmandatario.
El informe aclara que el helicóptero Robinson R44 II estaba en regla, con mantenimiento al día, motor en perfectas condiciones, combustible limpio, y todas las licencias vigentes. No había alcohol ni drogas en su sistema, ni fallas técnicas, ni mal clima. Solo un instante de visibilidad perdida bastó para condenarlo.
Flash fogging: un enemigo invisible
El fenómeno ocurre cuando la humedad interna de la cabina se encuentra con temperaturas contrastantes y ventilaciones cerradas. La DGAC afirma: “La pérdida inadvertida de referencias visuales externas derivó en un descenso no percibido por el piloto, originando el impacto con la superficie del lago”.
El organismo recomienda instruir a pilotos privados sobre la correcta ventilación y calefacción de cabina para prevenir que un simple instante de empañamiento se transforme en tragedia.
Un epílogo inevitable
A las 14:57 horas del 6 de febrero de 2024, el vuelo terminó en tragedia. El expresidente Sebastián Piñera, piloto experimentado y precavido, desapareció bajo las aguas del Lago Ranco. Todo estaba en orden: aeronave, licencia, clima, experiencia. Solo un instante de visión borrada —un parpadeo de la física y la humedad— bastó para escribir la historia de un accidente que será recordado por su imprevisibilidad y su cruel determinación.
La DGAC clasifica el accidente como Vuelo controlado contra el terreno (CFIT): un fenómeno invisible, un segundo fatal y un parabrisas empañado que terminaron con la vida del exmandatario, dejando a sus acompañantes sobrevivientes con recuerdos que nadie querría revivir.
Revisa aquí el informe final de la DGAC: