
En los pasillos de la Escuela de Especialidades de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) se suscitó un caso que remeció la disciplina y la moral institucional: un cadete fue desvinculado luego que se divulgara material íntimo de una oficial con la que mantuvo una relación sentimental.
La polémica no solo alcanzó a la institución, sino que llegó hasta los tribunales, donde el ahora exsubalférez presentó un recurso de protección que finalmente fue rechazado por la Corte de Apelaciones de San Miguel.
Inicio del conflicto: septiembre de 2024
Todo comenzó en septiembre de 2024, cuando la dirección de la Academia Politécnica Aeronáutica (APA) detectó la existencia de fotografías de contenido sexual de una oficial, que se encontraban en poder de un cadete de la escuela y comenzaron a circular entre algunos miembros de la dotación. Ante la gravedad del hecho, el director de la APA ordenó la apertura de una investigación sumaria administrativa para determinar responsabilidades y esclarecer cómo se había producido la filtración.
El resultado de la investigación fue categórico: el cadete no había protegido adecuadamente el material audiovisual de su expareja. Según el informe, la acción vulneró directamente el valor del honor, principio central en la formación y conducta esperada de todo subalférez, y configuró una falta disciplinaria grave.
La consecuencia inmediata fue la recomendación de su licenciamiento, la máxima sanción prevista en el Reglamento de Disciplina de la institución.
Recurso de protección y alegaciones del cadete
El joven impugnó la decisión mediante un recurso de protección, alegando que sus garantías fundamentales habían sido vulneradas. Entre sus argumentos, sostuvo que no se le permitió ejercer un derecho de defensa pleno, ya que no tuvo acceso oportuno e íntegro a la información y pruebas utilizadas en su contra. Además, señaló que el reglamento era ambiguo y que la interpretación discrecional de la falta por parte de la autoridad administrativa era arbitraria.
Durante la ceremonia de egreso de oficiales en diciembre de 2024, el cadete fue separado de la unidad principal y se le obligó a permanecer en una dependencia anexa, exposición que calificó como humillante frente a sus compañeros. La presión derivó en problemas de salud: recurrió por sus propios medios a profesionales de salud mental y fue diagnosticado con un trastorno adaptativo, ansiedad intensa, insomnio e hiperfagia. Asimismo, aseguró que la sanción le privó de obtener su título profesional pese a haber cumplido con los requisitos académicos y militares.
La defensa institucional
Por su parte, la FACh argumentó que la acción disciplinaria se ajustó plenamente a la normativa vigente. La institución sostuvo que el cadete había sido informado de la investigación y recibió copia del sumario administrativo, lo que garantizó su derecho a defensa. Además, recalcó que la conducta constituyó una infracción grave, al divulgar material sexual de otra persona sin consentimiento, atentando contra su dignidad y honor, valores centrales para todo oficial de la Fuerza Aérea.
En cuanto a la postergación del egreso, la FACh explicó que el Reglamento de Evaluación Educacional prevé la suspensión temporal de la incorporación a la planta institucional cuando existen investigaciones disciplinarias en curso, con el fin de asegurar que los cadetes cumplan con los estándares éticos, académicos y disciplinarios que demanda la institución.
Decisión judicial: firmeza de la expulsión
La Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de San Miguel revisó el recurso de protección y rechazó los argumentos del excadete. El tribunal ratificó que la FACh actuó dentro de sus facultades y que la sanción aplicada no fue arbitraria ni vulneró derechos fundamentales. Además, señaló que el recurso era extemporáneo, dado que el cadete había conocido los actos administrativos en su contra con anterioridad y tuvo oportunidad de ejercer los recursos internos disponibles.
Con ello, la expulsión quedó firme y ejecutoriada, estableciendo un precedente en torno a la protección del honor y la privacidad en la Fuerza Aérea y dejando en evidencia que las conductas que vulneran estos principios pueden acarrear la máxima sanción institucional, sin posibilidad de reversión judicial.
Impacto y reflexión
Este caso abre el debate sobre la privacidad, el consentimiento y el respeto dentro de instituciones militares, y evidencia cómo la divulgación de material íntimo puede tener consecuencias profesionales y legales irreversibles. Además, pone de relieve la necesidad de protocolos claros para el manejo de relaciones interpersonales y contenido sensible en contextos de formación militar, donde el honor y la disciplina constituyen pilares fundamentales.