INMIGRACIÓN DE EE.UU. VETA A SACERDOTE VENEZOLANO, PERO UN JUEZ Y LA ARQUIDIÓCESIS REVIERTEN LA MEDIDA

Lo que parecía convertirse en un duro revés migratorio, terminó en un inesperado desenlace. El sacerdote venezolano Gustavo Santos, de 32 años, fue detenido y vetado de ingresar a Estados Unidos al regresar de un viaje desde Londres hacia Miami el pasado 19 de agosto, pese a contar con una visa religiosa R-1 vigente hasta noviembre de 2025.
La situación generó inmediata reacción de la Arquidiócesis de Miami, que calificó la medida como “injusta” y activó una gestión urgente encabezada por el arzobispo Thomas Wenski junto a abogados pro bono de Catholic Legal Services. El caso fue llevado ante un juez federal, lo que obligó a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) a reconsiderar su decisión.
Finalmente, Santos fue liberado y se le permitió ingresar nuevamente al país. “Estamos agradecidos por la pronta resolución y damos la bienvenida al padre Santos de vuelta a su ministerio”, expresó la Arquidiócesis en un comunicado.
Restricciones migratorias en el trasfondo
El episodio ocurrió en medio de las nuevas medidas migratorias dictadas por la Casa Blanca, que desde el 9 de junio de 2025 prohíben totalmente la entrada de ciudadanos haitianos y restringen parcialmente la de cubanos y venezolanos. Entre los argumentos se señala que Venezuela carece de una autoridad confiable para la emisión de pasaportes y no coopera en procesos de deportación.
Aunque la prohibición afecta principalmente a quienes ingresan con visas de turismo, estudio o intercambio, la decisión contra el padre Santos —portador de una visa religiosa válida— despertó críticas por su carácter arbitrario.
Vocación y misión pastoral
Nacido en Valencia, Venezuela, el 20 de mayo de 1993, Gustavo Santos emigró a EE.UU. en 2012, motivado por la violencia en su país. Ingresó al Seminario St. John Vianney en 2015, fue ordenado diácono en abril de 2022 y sacerdote un año después. Desde junio de 2023, se desempeña como vicario parroquial en la iglesia St. John Neumann, en Miami, donde ha sido respaldado por su comunidad.
El pasado 4 de agosto, antes del incidente migratorio, el sacerdote había anunciado a sus feligreses que dejaría la parroquia para iniciar una nueva misión pastoral, sin revelar mayores detalles. “Quiero agradecerles por respaldarme y hacer de mí un mejor sacerdote. Oraré por ustedes y les pido que oren por mí en mi nueva asignación”, expresó en un video difundido en redes sociales de la iglesia.
Una vida marcada por la resiliencia
En un testimonio publicado por el seminario St. Vincent de Paul en 2021, Santos relató que su llegada a EE.UU. estuvo marcada por el desarraigo y la pérdida temporal de la fe: “Fui a la universidad y después me mandaron aquí a Estados Unidos por unos problemas de secuestro. Cuando llegué, perdí totalmente mi fe”, recordó.
Hoy, tras superar un veto migratorio que amenazó con truncar su ministerio, el sacerdote vuelve a retomar su camino en Miami, con la experiencia de haber enfrentado de cerca las mismas políticas que afectan a miles de migrantes venezolanos en Estados Unidos.