VENEZUELA QUEDA PRÁCTICAMENTE AISLADA MIENTRAS SE MULTIPLICAN LOS VIAJES POR TIERRA HACIA COLOMBIA
Venezuela atraviesa una de las peores crisis de conectividad aérea de los últimos años, luego de que todas las aerolíneas internacionales con operaciones regulares suspendieran sus itinerarios, dejando al país prácticamente aislado del tráfico aéreo global. La situación ha obligado a miles de pasajeros a buscar rutas alternativas por tierra hacia Colombia para poder continuar sus viajes.
El origen del colapso se registró tras la decisión del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), que exigió en un plazo de 48 horas el reinicio de operaciones a varias aerolíneas extranjeras. Al no cumplir con la orden, compañías como Iberia, Air Europa, TAP, Avianca, Gol, Latam y Turkish Airlines quedaron sin autorización para operar. A ellas se sumaron recientemente Copa Airlines, Wingo, Satena y Boliviana de Aviación, que reportaron “intermitencias” en sistemas de navegación, lo que derivó en suspensiones inmediatas.
Ante este escenario, los pasajeros se han visto obligados a emprender travesías de varios trayectos internos, usando vuelos domésticos y buses para acercarse a los pasos fronterizos más activos. El estado Táchira, y en particular los aeropuertos General Cipriano Castro (San Antonio) y Buenaventura Vivas Guerrero (Santo Domingo), se han convertido en nodos improvisados de salida hacia Colombia, especialmente hacia la ciudad fronteriza de Cúcuta, donde existen conexiones aéreas hacia el resto del continente y Europa.
Uno de los viajeros afectados, José Castro, recorrió más de 1.000 kilómetros, tomando múltiples vuelos dentro de Venezuela hasta llegar a la frontera para luego cruzar a Colombia. Compró un pasaje a Madrid por 900 euros, una práctica que se ha vuelto común entre quienes quedaron varados tras la cancelación simultánea de más de una docena de aerolíneas.
La situación se agravó por el bloqueo temporal del Puente Internacional Simón Bolívar, principal cruce entre ambos países, lo que obligó a los viajeros a desviarse hacia el paso alternativo de Tienditas, alargando aún más los trayectos. Allí, alianzas entre taxistas venezolanos y colombianos han permitido mantener un “puente aéreo-terrestre” informal, trasladando pasajeros desde aeropuertos venezolanos hasta terminales colombianos.
Mientras tanto, las aerolíneas venezolanas intentan absorber la demanda creciente, abriendo nuevas rutas hacia Bogotá y aumentando frecuencias hacia la frontera. La aerolínea Estelar, por ejemplo, activará cuatro vuelos adicionales desde San Antonio del Táchira hacia Caracas para enfrentar el flujo extraordinario.
De acuerdo con especialistas en movilidad fronteriza, el aeropuerto de San Antonio está registrando más de 6.000 pasajeros semanales, cifra que podría duplicarse en los próximos días, en medio de lo que muchos califican como una crisis de transporte sin precedentes en Venezuela.
