El hospital estatal de Tacuarembó en Uruguay ha convertido a los drones en una herramienta vital para su gestión, utilizándolos para trasladar leche materna, insumos médicos, medicamentos y diferentes muestras como sangre, entre otros.
Ciro Ferreira, director del Hospital de Tacuarembó, destacó que este es un proyecto “pionero en América Latina”, pues el extenso territorio de esta parte de Uruguay que comprende más de 15 mil kilómetros cuadrados, su tamaño y topografía de ríos y mesetas generan una gran dificultad para el traslado de insumos o personas.
De este modo la utilización de este dron, de 3 metros de largo, con una capacidad de 15 litros y una autonomía de 100 kilómetros de distancia, viene a dar solución a una gran problemática como lo es el traslado de pequeños insumos desde los pequeños poblados hacia la capital departamental, permitiendo reducir en más de un tercio el tiempo en ese movimiento.
Ante ello el director señaló que “hay enfermedades que son tiempo dependiente y la velocidad del traslado es fundamental” para salvar una vida. Además, al hacerlo, reduce la emisión de huellas de carbono en un 95%, según los impulsores del proyecto.
Ferreira, expresó que esta estrategia permite acercar el territorio, mejorar las necesidades en salud, acortar los tiempos en el diagnóstico y tratamiento de los pobladores del medio rural, sin necesidad de trasladarse al hospital. “Para nosotros, el cielo no es el límite, cuando los drones son usados para salvar vidas”, dijo.
Desde que empezó a funcionar, a mediados de julio, el dron fue utilizado principalmente para trasladar leche humana pasteurizada desde y hacia el banco de leche materna del hospital, sobre todo para ser utilizada para los bebés que están internados en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica y para las madres que la necesitan en zonas alejadas.
Cabe señalar que el hospital de Tacuarembó es un centro público perteneciente a la Administración Nacional de Servicios de Salud del Estado, ubicado a 400 kilómetros de Montevideo, la capital del país. Y este proyecto es financiado por Unicef, la empresa Cielum hispano-uruguaya, la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República de Uruguay y la Dirección Nacional de Aviación Civil.
