La creciente tensión en Bolivia alcanzó un punto crítico este jueves, cuando cuatro policías murieron y varios resultaron heridos en medio de violentos enfrentamientos con campesinos afines a Evo Morales. Los incidentes ocurrieron en Llallagua, localidad minera en el suroeste del país, y en una ruta estratégica que une La Paz con Cochabamba, bastión político del exmandatario. Las protestas, que comenzaron hace más de una semana, tienen como objetivo presionar al gobierno de Luis Arce, a quien acusan de crisis económica y de maniobras para impedir la candidatura de Morales.
El presidente Arce, visiblemente afectado, lamentó la muerte de los uniformados en una declaración desde el Palacio de Gobierno, llamándolos «mártires de la policía». Según su ministro de Gobierno, Roberto Ríos, los primeros dos policías fallecieron por disparos de arma de fuego tras ser emboscados en Llallagua. El tercer fallecido aún no tiene causa de muerte confirmada. La situación en el pueblo, con unos 41.500 habitantes, se tornó caótica cuando pobladores intentaron desbloquear caminos, desatando choques que dejaron 17 heridos, entre ellos 15 civiles. El Ministro de Justicia, confirmó un cuarto policía fallecido en los últimos minutos.
En paralelo, en las localidades de Parotani y Bombeo, la televisión estatal mostró imágenes de efectivos despejando vías bajo condiciones hostiles. La ministra de Salud, María René Castro, confirmó que hubo más policías heridos, uno de ellos por un objeto explosivo. El escenario se agrava por denuncias de uso de armas por parte de las fuerzas del orden, según líderes campesinos como David Veizaga, quien exigió el retiro inmediato de policías y militares para evitar más sangre derramada.
La raíz del conflicto se mezcla con la política y la justicia. El fallo judicial de 2024 que impide una nueva candidatura de Morales ha sido clave en la tensión actual. Mientras el expresidente permanece refugiado en el Chapare, protegido por sus seguidores, el país enfrenta un escenario de bloqueos simultáneos en cuatro departamentos, una crisis económica marcada por inflación del 18,46% interanual, falta de dólares y escasez de combustibles. Bolivia parece avanzar por un sendero cada vez más incierto, con la elección presidencial de agosto como telón de fondo.
