En un episodio de inconcebible violencia, el partido de Copa Libertadores entre Colo Colo y Fortaleza fue cancelado en el Estadio Monumental tras una serie de incidentes protagonizados por la barra alba, tanto dentro como fuera del recinto. Las imágenes difundidas por los principales medios deportivos de Sudamérica muestran el caos desatado y el impacto de los hechos en la jornada.
La polémica escaló aún más cuando se confirmó el fallecimiento de dos asistentes al compromiso, entre ellos un menor de 13 años, ocurrido en la previa del partido. Este lamentable suceso provocó una oleada de manifestaciones en el área del estadio de Macul, evidenciando la indignación de los aficionados y la preocupación por la seguridad en los encuentros deportivos.
El conflicto se intensificó cuando una veintena de fanáticos albos rompió una barrera de acrílico, invadiendo el campo de juego y obligando a las autoridades a suspender de inmediato el partido. La conducta inaceptable de la barra generó un clima de tensión insostenible, en el que la responsabilidad del club organizador se ve gravemente comprometida por los disturbios.
La Comisión Disciplinaria de CONMEBOL ya se encuentra evaluando el incidente, y según el Manual de Clubes, el club deberá responder por las indemnizaciones y sanciones que correspondan, tanto en el ámbito civil como deportivo. Este trágico suceso marca un antes y un después en la seguridad de los estadios y plantea serios interrogantes sobre la responsabilidad y el control de las barras organizadas.
