Un momento de alta tensión diplomática se vivió este miércoles en la Casa Blanca, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se enfrentó al mandatario sudafricano Cyril Ramaphosa durante una reunión oficial. La controversia surgió por las denuncias de un supuesto “genocidio” contra la minoría blanca afrikáner, un argumento promovido por la administración Trump y que fue firmemente rechazado por el presidente sudafricano.
El punto álgido del encuentro se produjo cuando Trump ordenó la proyección de un video de casi cinco minutos que, según él, respaldaba sus denuncias. Las imágenes incluían discursos de políticos africanos y montículos con cruces que, sostuvo el presidente estadounidense, representaban a más de mil agricultores blancos asesinados. Ramaphosa, visiblemente incómodo, respondió: “Me gustaría saber dónde es eso, porque yo no lo he visto”.
El mandatario sudafricano defendió la situación en su país afirmando que, si bien la delincuencia es un problema serio, las víctimas de la violencia no son solo blancas, sino mayoritariamente negras. Además, desestimó la narrativa de persecución sistemática, señalando que miembros de la comunidad afrikáner están presentes incluso en su propia delegación, como su ministro de Agricultura.
A pesar del tenso cruce, Ramaphosa recalcó la voluntad de su gobierno de seguir dialogando con Estados Unidos, especialmente en materia de comercio bilateral. Lo ocurrido recordó a anteriores episodios de incomodidad diplomática vividos bajo la presidencia de Trump, como la recordada reunión con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en febrero.
