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TARAPACÁ A MIL 2026: CUANDO LOS GIGANTES DESPIERTAN EN EL DESIERTO Y EL ARTE TOMA LAS CALLES DEL NORTE

Entre el 3 y el 12 de enero de 2026, la Región de Tarapacá se convertirá nuevamente en un inmenso escenario vivo. El festival internacional Tarapacá a Mil —presentado por la Fundación Teatro a Mil y Teck— regresa con seis espectáculos gratuitos de Chile, Europa y América. Este año, la magia de Royal de Luxe, la energía inconfundible de La Patogallina y una programación pensada “100% para el público del norte”, prometen encender la emoción colectiva de Iquique, Pica, Pozo Almonte y Chanavayita bajo el lema “Sí importa”.

El rumor comenzó a correr por las calles de Iquique cuando aún el sol se colaba entre los cerros de la Península. “Vuelven los gigantes”, decía la gente en la feria, en los paraderos, en las caletas. Y es que el festival Tarapacá a Mil 2026 ya es más que una fecha en el calendario: es una fiesta esperada, una cita donde el desierto se abre para que el arte camine entre la gente, sin entradas, sin barreras, con la emoción a flor de piel.

Del 3 al 12 de enero, los vientos del norte volverán a soplar con acento teatral. Serán diez días de espectáculos gratuitos que llegarán a plazas, calles, teatros y playas. Diez días en que las sirenas, los niños, los viejos y los turistas se mezclarán para ver cómo la cultura se convierte en una experiencia compartida.

Este año, el festival —que cumple su versión número 13 y adopta oficialmente el nombre Tarapacá a Mil— levanta su bandera con un lema potente: “Sí importa”. Porque sí importa el arte, sí importan las historias que nacen en el escenario y se multiplican en los ojos del público. Sí importa que la cultura llegue hasta el último rincón del territorio.

Gigantes en el horizonte

Los más ansiosos ya saben cuál será el número más esperado: el regreso de la legendaria compañía francesa Royal de Luxe, creadora de La Pequeña Gigante, que esta vez traerá su nuevo espectáculo Apesanteur. Un montaje gratuito que promete transportar al público a una dimensión donde los sueños y la realidad se cruzan con estética de thriller nórdico y humor surrealista.

Y si de espíritu chileno se trata, La Patogallina —dirigida por Martín Erazo— se tomará las calles con el estreno del pasacalle “El Gigante y los niños Wara Wara”, un homenaje al imaginario nortino, al juego, y a la memoria colectiva. No será solo una función: será una procesión artística, un carnaval comunitario que recorrerá las avenidas con música, máscaras y poesía callejera.

El alma del festival: encuentro y territorio

Detrás del brillo de cada montaje hay una convicción profunda: la descentralización cultural. Por eso, este año el festival no solo iluminará Iquique, sino que también viajará a Pica, Pozo Almonte y Chanavayita, extendiendo su alcance hacia comunidades donde el arte pocas veces llega.

La Directora General de la Fundación Teatro a Mil, Carmen Romero, lo resume con claridad:

“Cada año nos preguntamos qué queremos decirle al público, y este 2026 respondemos: ‘Sí importa’. Importa la cultura, importa el encuentro, importa la vida que se construye cuando nos reunimos frente al arte.”

Esa filosofía atraviesa toda la programación. En total, seis espectáculos nacionales e internacionales desplegarán teatro, danza, circo, performance y música. Desde España llegará Mr. Bo, de la compañía Marie de Jongh, experta en teatro gestual para toda la familia. Desde Chile, Acreedores, de Alexis Moreno, sacará a relucir las pasiones humanas más intensas con las actuaciones de Francisco Reyes, Paloma Moreno y Mario Horton.

Una alianza que vuelve a creer en el norte

Por segundo año consecutivo, Tarapacá a Mil cuenta con el apoyo de Teck, compañía minera que ha decidido invertir no solo en el desarrollo económico de la región, sino también en su tejido cultural.

Carlos Muñoz, Director de Sustentabilidad, Comunidades y Medio Ambiente de Teck LATAM, destaca:

“Para nosotros este festival no solo promueve la cultura y el esparcimiento, sino que permite que las comunidades sean protagonistas, compartiendo su talento con artistas de todo el mundo.”

La alianza, que comenzó el año pasado con una audiencia superior a 43 mil espectadores, ahora se extiende a nuevos territorios, reforzando la idea de que el norte también puede ser epicentro de las grandes artes.

Homenaje y reflexión

El festival rendirá homenaje al psiquiatra, dramaturgo y escritor Marco Antonio de la Parra, figura esencial del teatro chileno, autor de más de cien obras. Su legado, marcado por la ironía y la lucidez, será evocado en una serie de actividades que celebran su influencia en las artes escénicas nacionales.

Además, se realizará una nueva versión del LabEscénico, espacio de reflexión y formación artística que invita al público a dialogar con los creadores. Dentro de este programa, brillará la Escuela de La Patogallina, que convocará a niñas y niños a participar activamente en el pasacalle El Gigante y los niños Wara Wara.

Tarapacá, territorio vivo

Cada enero, el norte se transforma. Las plazas se vuelven escenarios, los cerros hacen eco de la música, y el mar observa cómo la cultura se abre paso entre el viento salino. Tarapacá a Mil no solo trae espectáculos: trae encuentros, memorias y sueños.

El festival —presentado por Fundación Teatro a Mil y Teck, con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, las municipalidades de Iquique, Pica y Pozo Almonte, y el patrocinio de la Unesco— reafirma que el arte no tiene centro ni periferia, sino público.

Las funciones en Iquique, Pozo Almonte y Caleta Chanavayita serán completamente gratuitas, y toda la información, junto a la convocatoria de la Escuela de La Patogallina, estará disponible desde el 6 de noviembre de 2025 en www.teatroamil.cl y en @tarapacaamil.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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