
La zona norte del país experimenta un complejo escenario de seguridad debido a la irrupción de agrupaciones criminales locales especializadas en la sustracción de automóviles. Este fenómeno ha derivado en recurrentes persecuciones a alta velocidad que afectan las principales vías de conectividad, específicamente en la Ruta 5 y la carretera internacional 11-CH, la cual une la ciudad de Arica con la provincia de Parinacota y el territorio de Bolivia.
Según detalló El Mercurio, el perfil de estas organizaciones delictivas es variado, integrando en sus filas a menores de edad, adultos mayores, narcotraficantes y sujetos que se encuentran prófugos de la justicia. La labor investigativa ha permitido desarticular parte de estas estructuras; según datos del Ministerio Público, en un periodo de solo tres meses se logró desmantelar cuatro agrupaciones criminales, operativos que terminaron con un total de 15 imputados detenidos.
La agresividad de estos grupos nacionales no solo se manifiesta en las carreteras principales, sino también en diversas vías secundarias al altiplano. Las estadísticas oficiales reflejan la gravedad de la situación durante el presente año, ya que los casi 870 casos registrados entre enero y septiembre de 2025 superaron con creces el balance total de delitos de este tipo reportados en todo 2024.
Esta tendencia al alza confirma que el robo de vehículos se ha consolidado como uno de los delitos con mayor violencia en el sector norte. El despliegue de estas bandas nacionales en rutas estratégicas para el comercio internacional mantiene en alerta a los organismos de seguridad, debido al uso de maniobras peligrosas y el alto número de involucrados que operan de manera coordinada en la zona.







