
El gobierno de Chile está experimentando un cambio significativo con la renuncia de la ministra de Defensa, Maya Fernández, y del jefe de asesores del Segundo Piso de La Moneda, Miguel Crispi. La ministra Fernández, militante socialista y nieta del expresidente Salvador Allende, se vio envuelta en una polémica por la fallida compraventa de la casa de su abuelo al Estado.
La renuncia de Fernández se produce después de que el presidente Gabriel Boric aceptara su dimisión. En un comunicado, la Presidencia agradeció el compromiso y trabajo desempeñado por la ministra durante sus tres años en el cargo. Fernández, por su parte, agradeció la confianza depositada en ella y manifestó su gratitud a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y a los funcionarios del Ministerio de Defensa Nacional.
«Dejo mi cargo con la tranquilidad de haber actuado siempre con lealtad y apego estricto a la Constitución y la ley», afirmó Fernández en su declaración. También expresó su agradecimiento a los efectivos militares, «hombres y mujeres de enorme vocación, que protegen a nuestro país y a sus ciudadanos».
En reemplazo de Fernández, el presidente Boric nombró a Adriana Delpiano, exdirectora del Sernam y exministra de Bienes Nacionales, como nueva ministra de Defensa. Delpiano es una figura experimentada en la política chilena y ha ocupado diversos cargos en el gobierno.
Por otro lado, Miguel Crispi, jefe de asesores del Segundo Piso de La Moneda, también presentó su renuncia después de ser cuestionado por su rol en el manejo del caso Convenios y la investigación por el caso Monsalve. Crispi había sido objeto de críticas por su actuación en estos casos y su renuncia se produce en un momento en que el gobierno busca reforzar su imagen y transparencia.
Además, se produjeron otros cambios en el gobierno, como la ascensión de Macarena Lobos desde subsecretaria a titular del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que hasta la semana pasada estaba encabezado por Álvaro Elizalde.
Estos cambios en el gobierno de Chile buscan fortalecer la institucionalidad y la transparencia, y se producen en un momento en que el país enfrenta diversos desafíos políticos y sociales.