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¿RECICLAR O ENTERRAR?: LA DESIGUAL GEOGRAFÍA DE LA BASURA EN CHILE

Un nuevo estudio revela la dramática desigualdad en la gestión de residuos domiciliarios: mientras regiones como La Araucanía, Metropolitana, Coquimbo y Valparaíso lideran el reciclaje, en Arica, Tarapacá y Antofagasta la práctica es casi inexistente. La falta de infraestructura, financiamiento y cultura ambiental amenaza con profundizar la crisis de los rellenos sanitarios, gran parte de los cuales ya están colapsados.

Chile enfrenta una crisis silenciosa en la gestión de sus residuos. Más del 40% de la basura domiciliaria termina en rellenos sanitarios caducados o con menos de cinco años de vida útil, según una encuesta nacional aplicada a municipios por Kyklos y la Asociación Chilena de Municipalidades (ACHM). Pero al mismo tiempo, el país muestra un nuevo rostro de desigualdad: una brecha territorial en el acceso al reciclaje que divide al norte y al sur de Chile.

De acuerdo con el estudio, las regiones de La Araucanía, la Metropolitana, Coquimbo y Valparaíso concentran los mayores avances en la recuperación de residuos, gracias a la instalación de puntos limpios, campañas de separación en origen y los primeros pasos de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). En contrapunto, el norte del país se queda atrás: en Arica, Tarapacá y Antofagasta, el reciclaje es casi inexistente.

Una brecha territorial que se amplía

La diferencia no es menor. Mientras en la zona centro y sur algunos municipios logran recuperar envases y embalajes —cartón, papel, vidrio, plásticos y metales— con tasas crecientes, en el norte la basura sigue un camino único: el vertedero.

Expertos advierten que esta desigualdad se debe a múltiples factores: la falta de infraestructura de reciclaje, mayores costos logísticos de transporte en territorios extensos y aislados, y una ausencia histórica de políticas ambientales locales que fomenten la separación en origen.

Andrea Cifuentes, gerente de Economía Circular de Kyklos, lo resume en una frase:

“Estamos enterrando materiales que podrían ser reciclados y reincorporados a la economía. El 80% de lo que llega a los rellenos no es basura, pero en muchas regiones simplemente no existen alternativas reales para los vecinos”.

La paradoja es evidente: regiones como Tarapacá y Antofagasta, que albergan importantes polos mineros y comerciales, carecen de sistemas básicos de reciclaje domiciliario.

En cambio, comunas pequeñas del sur como Padre Las Casas o Valdivia avanzan con programas piloto de compostaje, recolección diferenciada y puntos limpios comunitarios.

El peso de los costos municipales

La encuesta también reveló que la gestión de la basura es una carga financiera creciente para los municipios. En promedio, cada comuna gasta $22.749 por persona al año en recolección y disposición final de residuos. En regiones como Biobío, Los Ríos y Los Lagos, los costos se disparan a casi $30 mil por habitante.

El transporte es uno de los factores más críticos: algunos municipios deben trasladar su basura a más de mil kilómetros, como ocurre en Los Ángeles, donde cada camión recorre 1.260 kilómetros para llegar a un relleno. Este gasto, que erosiona los presupuestos locales, dificulta aún más la inversión en programas de reciclaje.

Vidrio y puntos limpios: lo poco que avanza

Del reciclaje total a nivel nacional, el vidrio es el material más recuperado, representando un 64% de los residuos reciclados por municipios. Y la mayor parte de esa recuperación se debe a la voluntad ciudadana: dos tercios del reciclaje proviene de puntos limpios o verdes, donde las personas dejan sus envases clasificados. Apenas un 31% se recoge en el retiro domiciliario, modalidad que debería aumentar con la aplicación de la Ley REP.

El desafío de los residuos orgánicos

A la desigualdad geográfica del reciclaje se suma otro frente: los residuos orgánicos, que constituyen hasta el 50% de la basura domiciliaria. Actualmente, el Congreso tramita una ley que busca impulsar su compostaje y valorización, donde los municipios jugarán un rol clave. Sin embargo, sin financiamiento suficiente ni infraestructura regional, este objetivo parece lejano para vastos sectores del norte.

Un Chile partido en dos por la basura

El informe de Kyklos y la ACHM dibuja un país a dos velocidades:

  • El sur y centro, donde comienza a instalarse una cultura de reciclaje y recuperación de residuos, con apoyo incipiente de nuevas leyes.
  • El norte grande, donde casi todo termina enterrado en rellenos colapsados, y donde los vecinos viven el doble impacto de la crisis: convivir con vertederos obsoletos y quedar fuera de la transición hacia la economía circular.

La conclusión es clara: sin políticas que reduzcan la brecha territorial y fortalezcan la gestión de residuos en regiones rezagadas, Chile seguirá enterrando no solo materiales valiosos, sino también la posibilidad de avanzar hacia un desarrollo sustentable e igualitario.

Belén Pavez

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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