
En lo alto de la precordillera de Arica y Parinacota, donde el viento frío acaricia terrazas ancestrales y el cultivo de orégano ha sobrevivido generación tras generación, un grupo de productores decidió dar un paso histórico: reactivar el Sello de Origen del orégano precordillerano, un distintivo que no solo protege la identidad del producto, sino que también abre puertas a nuevos mercados y oportunidades.
La reunión se desarrolló en Putre, con la participación de agricultores de Murmuntani, Belén, Socoroma y Chapiquiña. Allí compartieron experiencias, revisaron normas y tomaron acuerdos que buscan consolidar un modelo de organización más fuerte y sostenible para enfrentar los desafíos actuales.
Una apuesta por la identidad territorial
La jornada fue parte del proyecto “Innovando en la gobernanza del Sello de Origen para el orégano y la aceituna de Azapa de Arica y Parinacota”, financiado por el Gobierno Regional y ejecutado por la Universidad Alberto Hurtado.
El coordinador del proyecto, Héctor Bravo, dirigió talleres de planificación estratégica que permitieron a los agricultores analizar la importancia del sello, sus ventajas comerciales y la necesidad de contar con un comité de administración renovado.
“El trabajo colaborativo nos está permitiendo avanzar con mayor fluidez y flexibilidad. Hoy estamos instalando nuevas herramientas que van a potenciar al comité, tanto en lo organizativo como en lo productivo”, explicó Bravo durante la actividad.
El municipio y el INDAP como aliados
Uno de los hitos más relevantes fue la inclusión formal del municipio de Putre en el proceso, un gesto que refuerza la institucionalidad del comité y proyecta mayor apoyo a los productores. Desde la municipalidad se presentaron modelos de organización jurídica, esenciales para postular a fondos públicos y privados.
El Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) también se sumó como actor estratégico, entregando información sobre instrumentos de apoyo asociativo y programas diseñados para pequeños productores rurales.
Según explicaron los equipos técnicos, contar con personalidad jurídica no solo permitirá acceder a recursos, sino también mejorar la representación y la capacidad de negociación de los agricultores en la cadena de comercialización.
La voz de los productores
El agricultor Víctor Mollo, de Belén, expresó con orgullo el renacer del proyecto:
“Este avance significa mucho. Nosotros aquí en la precordillera llamamos al orégano nuestro ‘oro verde’. Por mucho tiempo estuvo abandonado, pero ahora sentimos que tenemos la posibilidad de levantarlo, comercializarlo y darle valor a nivel nacional”.
El entusiasmo de Mollo refleja un sentimiento compartido: la recuperación del sello no es solo un trámite técnico, sino una herramienta para devolver dignidad y oportunidades a un cultivo que forma parte de la memoria cultural del territorio.
Una ruta de futuro
La jornada cerró con acuerdos concretos: reactivar el comité de administración mediante un reglamento actualizado, planificar próximas reuniones y articular apoyos entre instituciones públicas y privadas.
En la práctica, esto significa que el orégano de Putre —cultivado en suelos de altura, bajo condiciones únicas de clima y tradición— podrá volver a posicionarse con un sello distintivo de origen, fortaleciendo la identidad de la región y otorgando mayor competitividad a sus productores.
“Estamos recién comenzando, pero los avances son importantes. El comité está retomando su lugar y vamos a trabajar para que este ‘oro verde’ llegue tan lejos como los agricultores sueñen”, afirmó Bravo, convencido de que este renacer será clave para la economía y el orgullo cultural de la precordillera.