PARIS: LÍDERES EUROPEOS SE REÚNEN PARA DISEÑAR PLAN SOBRE UCRANIA

Un grupo de 11 líderes europeos se reúne en París para debatir sobre la invasión rusa de Ucrania y reforzar su posición común en medio del acelerado proceso de paz que impulsa el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien llamó la semana pasada a Vladímir Putin para iniciar las negociaciones.
Trump dijo después que podría reunirse con Putin «muy pronto». La conversación telefónica rompió un esfuerzo de tres años para aislar diplomáticamente al Kremlin y avivó los temores de que las autoridades ucranianas se vieran presionadas para firmar un acuerdo perjudicial para sus intereses. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, respondió señalando que su país «nunca aceptaría acuerdos hechos a nuestras espaldas» y «sin nuestra participación».
A este conflicto se suma la postura de Estados Unidos frente a que los europeos no tendrán un espacio en la mesa de negociación, siendo solo consultados a lo largo del proceso. La exclusión de la mesa de negociaciones ha puesto en vilo al continente europeo y ha desencadenado un impulso de última hora para cerrar filas y mostrar un frente unificado.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha tomado la iniciativa invitando a un selecto grupo de líderes a París este lunes. Han señalado su asistencia el alemán Olaf Scholz, el británico Keir Starmer, la italiana Giorgia Meloni, el polaco Donald Tusk, el español Pedro Sánchez, el neerlandés Dick Schoof y la danesa Mette Frederiksen. También participaron en la cumbre informal Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; António Costa, presidente del Consejo Europeo; y Mark Rutte, secretario general de la OTAN.
António Costa, presidente del Consejo Europeo indicó que «no habrá negociaciones creíbles y fructíferas, ni paz duradera, sin Ucrania y sin la UE».
Por otra parte, no está claro si las conversaciones del lunes arrojarán algún resultado o anuncio concreto. Europa está sometida a una intensa presión para que aumente el gasto en Defensa y asuma una mayor responsabilidad en la asistencia a Kiev, que la Administración Trump está dispuesta a reducir.
Para finalizar, la visión de quedar al margen de las conversaciones de paz ha generado malestar en los europeos, que ven su seguridad a largo plazo ligada al futuro de Ucrania. Durante los últimos tres años, Bruselas ha trabajado con Washington para garantizar una política coherente que paralice la maquinaria bélica rusa y sostenga la maltrecha economía de Kiev.