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OPERACIÓN MONTEOLIVA: MILEI ENTREGA LA SEGURIDAD A LA ARQUITECTA DE LA DOCTRINA BULLRICH

Especialista en operaciones de seguridad con trayectoria en Colombia, Centroamérica y organismos multilaterales, Alejandra Monteoliva llega al Ministerio de Seguridad de Argentina como la figura que garantizará la continuidad estricta del modelo Bullrich. Su nombre apunta a un mensaje claro: Milei no cede un milímetro en su política de orden. La nueva ministra deberá coordinar fuerzas federales, sostener alianzas con agencias internacionales, reforzar los operativos en Rosario y afrontar el caso del gendarme retenido en Venezuela, en un momento en que la seguridad se transformó en el eje más sensible del Gobierno.

El Salón Blanco de la Casa Rosada respiraba electricidad política. No había música, pero sí un murmullo que sonaba a expectativa, a despedida y a continuidad. Ministros alineados como soldados, asesores revisando papeles que nadie les pidió revisar, y en primera fila, brillando como un símbolo no menor, el embajador de Estados Unidos, Peter Lamelas, observándolo todo con la calma de quien llegó a Buenos Aires con un mensaje claro: no habrá improvisaciones en el tablero de seguridad regional.

En medio de ese escenario, Alejandra Monteoliva dio un paso al frente. La cordobesa de 55 años, política de perfil técnico, trayectoria continental y acento firme, levantó la mano derecha y juró. Juró por la patria, por la ley, y por una hoja de ruta que —como ella misma diría minutos más tarde— “no se mueve un centímetro de lo que inició Patricia Bullrich”.

La ministra saliente, ya con los ojos puestos en su banca del Senado, miraba desde el costado del escenario, orgullosa, como quien observa a su general más disciplinada asumir el mando. Cuando la ovacionaron, casi se le quiebra la voz. Había dejado su sello en el Ministerio de Seguridad y, desde ese martes, Monteoliva se transformaba oficialmente en la guardiana de esa continuidad.

El reemplazo que no sorprende: una sucesora moldeada para el cargo

Aunque la designación se anunció apenas horas antes, en la práctica nada fue sorpresivo. Monteoliva era la mano derecha de Bullrich, su ejecutora técnica, su principal arquitecta operativa desde mediados de 2024, cuando asumió la Secretaría de Seguridad.

Pero su historia no empieza ahí.

Nacida en Córdoba y formada en la Universidad Católica de su provincia, con un posgrado en Colombia —país donde vivió casi dos décadas— Monteoliva se forjó en un terreno mucho más duro que la política doméstica: el laboratorio de seguridad latinoamericano.

Trabajó con la Policía colombiana, colaboró con el Banco Interamericano de Desarrollo, la CAF, el Programa Mundial de Alimentos, el PNUD y una constelación de organismos multilaterales que la instalaron como especialista en tácticas de control, prevención y gestión operativa.

Antes de volver a Buenos Aires, había pasado por Centroamérica diseñando estrategias contra el crimen organizado. Por eso, cuando Milei la ratificó, nadie dudó: era la pieza exacta para una continuidad sin grietas.

Un acto de jura cargado de mensajes

El protocolo fue breve, pero cada gesto parecía una señal diplomática.

  • Peter Lamelas, embajador de EE.UU. en Argentina, se ubicó en primera fila. No sólo como invitado especial: Estados Unidos ha puesto la lupa en la influencia de China, Irán y Rusia en la región. Su presencia fue un recordatorio.
  • Karina Milei, la poderosa secretaria general de la Presidencia, seguía el acto con atención quirúrgica.
  • Manuel Adorni, jefe de Gabinete, se movía entre asesores como un director de orquesta invisible.
  • Y desde el fondo, casi inadvertida, la jueza Sandra Arroyo Salgado miraba en silencio, sorprendiendo incluso a quienes creían tener la lista completa de invitados.

El clima era solemne, pero también político: Monteoliva no sólo asumía un ministerio, sino también la responsabilidad de sostener la narrativa de orden que el Gobierno de Milei ha instalado como bandera.

La frase que marcó el tono: “La doctrina Bullrich sigue fuerte”

Una vez terminada la jura, antes de que apagaran los micrófonos, Monteoliva lanzó la frase que selló su estilo:

“Nuestro trabajo en fronteras, la lucha contra el narcotráfico y la persecución de organizaciones criminales continúan sin pausa. La doctrina Bullrich sigue fuerte.”

La declaración fue música para la militancia libertaria y para los sectores que ven en la mano dura el único camino hacia un país más seguro, pero también fue un mensaje para el Senado: Bullrich podrá irse, pero su doctrina no se desarma.

El primer desafío: la situación del gendarme Nahuel Gallo en Venezuela

Apenas cumplido su juramento, Monteoliva enfrentó micrófonos.

Su primera declaración no fue sobre Argentina, sino sobre Venezuela.

“Confiamos en que vamos a traer a Nahuel Gallo.”

El gendarme argentino detenido por el régimen de Nicolás Maduro es hoy una prioridad diplomática y una bomba política interna. Monteoliva lo sabe: cada palabra al respecto es observada desde Washington, Caracas y Buenos Aires.

La ministra aseguró que trabaja “todos los días” con Gendarmería y Cancillería, aunque admitió que muchos detalles “no pueden ser públicos”.

Operativos, fronteras y el Plan Bandera: así será su hoja de ruta

Desde el estrado no habló de cambios. Al contrario: “Los equipos se mantienen. No habrá modificaciones salvo las salidas mínimas de quienes acompañarán a Bullrich en el Senado.”

Y luego, el anuncio que los gobernadores esperaban:

  • El Plan Bandera, eje de seguridad en Rosario, seguirá sin pausa.
  • Habrá reuniones con fiscales, intendentes y equipos federales.
  • Más tecnología, más patrullajes, más inteligencia criminal.
  • Y sí: disposición al diálogo con Axel Kicillof, “cuando sea necesario para la provincia de Buenos Aires”.

Un ministerio que no se toca: Milei blindó a Monteoliva

Horas antes del acto, el Boletín Oficial publicó el Decreto 851/2025, formalizando su nombramiento.
En paralelo, el Presidente ratificó al nuevo secretario de la SIDE y completó el esquema de seguridad que considera fundamental para su proyecto político.

La señal fue inequívoca: no habrá improvisaciones en un área donde Milei necesita resultados rápidos.

Quién es Alejandra Monteoliva: la ministra que toma el mando

  • 55 años, nacida en Córdoba.
  • Licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
  • Magíster en Desarrollo en la Universidad de los Andes (Colombia).
  • 19 años de experiencia en políticas de seguridad en Latinoamérica.
  • Experta en gestión operativa, prevención del delito, seguridad regional y sistemas de intervención territorial.
  • Exfuncionaria en Córdoba, exdirectora nacional de Operaciones, exasesora de Naciones Unidas, exsecretaria de Seguridad.
  • Considerada por Milei y Bullrich como “pieza clave” en la construcción de la doctrina de seguridad del Gobierno.

Una escena que define un rumbo

Cuando terminó la ceremonia, Monteoliva salió del Salón Blanco con paso firme. Saludó a ministros, se acercó al presidente, intercambió unas palabras cortas con Bullrich, y luego enfrentó a la prensa con la seguridad de alguien que ya venía ejerciendo el mando, aunque sin la banda ministerial.

La pregunta que queda flotando es simple pero decisiva: ¿Será Monteoliva quien profundice definitivamente la doctrina Bullrich, o quien la lleve a su versión más dura?

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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