La ejecución de un portafolio de proyectos de transferencia tecnológica para aumentar la capacidad de cultivos tradicionales, optimizando el uso de agua y energía, y validar nuevas especies acorde a las condiciones climáticas de la macrozona norte, son los principales objetivos del Consorcio del Desierto, un programa tecnológico de Corfo que busca desarrollar y fortalecer la agricultura en zonas áridas, específicamente en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta.
La iniciativa es liderada por la Corporación de Desarrollo Social del Sector Rural, Codesser, y lo integran como coejecutores la Universidad Arturo Prat, la Universidad Católica del Norte, UC Davis Chile, Fraunhofer Chile Research, Waki Labs SpA, entre otros actores.
Asimismo, considera la participación de 57 entidades en calidad de coejecutores, asociados e interesados, incluyendo universidades, centros de investigación, empresas, asociaciones gremiales, municipalidades, entidades públicas y regionales, entre otros; una inversión de 3.350 millones de pesos y una ejecución de 6 años plazo.
En el lanzamiento, en un packing de Arica, participó el subsecretario de Agricultura, José Guajardo, quien señaló que “el aumento de las temperaturas y el avance del desierto han impactado fuertemente en nuestro país y en particular la zona norte. Por ello debemos abordar estos temas de manera integral, para permitir promover el desarrollo productivo que de otra manera no sería posible”.
“Las zonas desérticas del norte grande de Chile, al ser considerados verdaderos laboratorios naturales, se pueden convertir en una macrozona de desarrollo para la agricultura en condiciones extremas, con potencial mundial. Con este programa queremos fomentar el desarrollo y ejecución de tecnologías, y consolidar cadenas de valor asociadas a la producción agrícola, que permitan activar un polo de innovación, atendiendo los desafíos que nos impone, además, la crisis alimentaria”, señaló el Vicepresidente Ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente.
El director regional (S) de Corfo en Tarapacá, Manuel Alballay Silva, manifestó que “para la provincia del Tamarugal, “este proyecto es una gran oportunidad para la apertura de nuevos mercados mediante la inserción y adaptación de nuevas especies de cultivo para la zona, empaquetar nuevos procesos productivos y desarrollos tecnológicos para la obtención de agua para riego o bebible, aumentar de la capacidad productiva de cultivos tradicionales mediante la aplicación de mejoras tecnológicas optimizando el uso de agua y energía, y por último, aumentar las capacidades técnicas y conocimiento de la comunidad agrícola macro regional y generar alianzas entre empresas”.