NUEVE PALESTINOS, ENTRE ELLOS TRES NIÑOS, MUEREN DE HAMBRE EN GAZA EN MEDIO DEL BLOQUEO

La hambruna se profundiza en la Franja: ya son 348 las personas fallecidas por desnutrición desde el inicio de la ofensiva israelí en 2023, incluidos más de 120 niños. Naciones Unidas y organizaciones humanitarias denuncian la urgencia de abrir el acceso a ayuda alimentaria y médica.
La tragedia humanitaria en Gaza suma nuevas víctimas cada día. El Ministerio de Salud de la Franja confirmó este lunes la muerte de nueve personas por inanición y desnutrición, entre ellas tres niños, como consecuencia del bloqueo israelí a la entrada de alimentos, agua y medicinas que se mantiene desde hace más de cinco meses.
Con estas cifras, el número total de fallecidos por hambre asciende a 348 personas, de las cuales 127 eran menores de edad. La mayoría de estas muertes se han registrado en los últimos meses de verano, cuando las altas temperaturas han agravado la crisis sanitaria y alimentaria.
Una hambruna reconocida internacionalmente
El pasado 22 de agosto, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) declaró oficialmente la existencia de hambruna en la ciudad de Gaza. Desde entonces, se contabilizan al menos 70 muertes adicionales, incluidas 12 de niños.
Según el último informe de la CIF, 1,6 millones de personas en Gaza padecen hambre, más de medio millón en niveles “críticos”, enfrentando una privación extrema de alimentos. El resto de la población se encuentra en “crisis alimentaria” permanente.
Para que un escenario sea calificado como hambruna, debe existir falta de alimentos en uno de cada cinco hogares, con al menos un 30% de desnutrición aguda y una mortalidad excesiva. En Gaza, todos esos parámetros ya se cumplen.
Niñez bajo ataque: hambre, bombardeos y trauma
El comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, denunció que más de 100 niños han muerto directamente por desnutrición, según datos de Save the Children. Esta cifra se suma a los más de 40.000 menores muertos o heridos por ataques aéreos israelíes, de acuerdo con UNICEF.
Además, se calcula que 17.000 niños permanecen solos, separados de sus familias, y que un millón de ellos vive “profundamente traumatizado y sin acceso a la educación”.
“Los niños son niños. Nadie debería guardar silencio cuando mueren o se les priva brutalmente de un futuro, donde sea que estén, incluyendo en Gaza”, señaló Lazzarini en un comunicado.
Muertes cotidianas por hambre
El portavoz del Secretario General de la ONU, Stéphane Dujarric, alertó que “los informes de personas fallecidas por inanición se han vuelto cotidianos”, lo que refleja la rápida profundización de la crisis humanitaria.
En un intento por enfrentar la emergencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha implementado cursos en el hospital infantil de Rantissi, uno de los pocos centros de estabilización nutricional que aún funcionan en Gaza. Hasta inicios de agosto, estos centros habían ingresado 340 niños para tratamiento de desnutrición severa, registrando 49 muertes, de las cuales 39 eran menores de cinco años.
Más allá del hambre: trauma, refugio y agua
El hambre no es el único drama que golpea a Gaza. El 80% de las familias encuestadas reporta vivir en condiciones de trauma psicológico, con ansiedad y depresión generalizadas debido a la violencia y la precariedad. La falta de materiales de refugio agrava la crisis: muchas familias sobreviven bajo carpas desgastadas en pleno verano y sin protección para el invierno que se avecina.
A esto se suma la crisis de agua potable. En el sur de Gaza, la tubería que abastecía a miles de personas permanece dañada desde hace una semana, lo que intensifica el riesgo de enfermedades asociadas a la falta de saneamiento.
Clamor internacional
“Por el bien de la humanidad, déjenos entrar”, imploró un alto funcionario de la ONU, exigiendo a Israel permitir la entrada de ayuda humanitaria sostenida. Sin embargo, los bloqueos persisten y la hambruna avanza día a día, dejando a la población civil atrapada entre la guerra y el hambre.