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NEPAL EN LLAMAS: PROTESTAS DEJAN 25 MUERTOS Y ESPOSA DE EXPRIMER MINISTRO MUERE TRAS ATAQUE INCENDIARIO

Katmandú se convirtió en un campo de batalla tras una ola de protestas que denuncian corrupción, nepotismo y censura en redes sociales. La furia ciudadana alcanzó al corazón del poder: el Parlamento fue incendiado, residencias de líderes políticos destruidas y la esposa del exprimer ministro Jhalanath Khanal perdió la vida tras quedar atrapada en las llamas.

Katmandú amaneció este martes envuelta en humo, sirenas y gritos de desesperación. La capital de Nepal vive uno de los episodios más violentos de su historia reciente, luego que miles de manifestantes desataran ataques coordinados contra edificios públicos y residencias de líderes políticos.

El balance provisional es devastador: al menos 25 fallecidos, entre ellos Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del exprimer ministro Jhalanath Khanal, quien murió calcinada dentro de su vivienda incendiada en el barrio de Dallu.

Una protesta que estalló en redes y se trasladó a las calles

Las movilizaciones comenzaron hace 10 días bajo la consigna #nepobabies, un hashtag que rápidamente se viralizó en redes sociales acusando corrupción, nepotismo y privilegios heredados entre las élites políticas. Lo que parecía un movimiento digital, se transformó en un estallido social cuando el gobierno decidió bloquear plataformas como Facebook, Instagram y X.

“Fue el error más grande del Ejecutivo. La gente sintió que le arrebataron su única voz”, relató un periodista local a la agencia EFE.

La censura encendió la mecha. Jóvenes, trabajadores y familias enteras salieron a las calles de Katmandú y otras ciudades exigiendo transparencia, justicia y un cambio político estructural.

Furia contra las élites

La rabia se tradujo en ataques directos contra símbolos del poder. El Parlamento nacional fue reducido a cenizas, mientras que el Tribunal Supremo y la Oficina de la Presidencia también fueron alcanzados por las llamas.

Pero la violencia no se detuvo allí. Varias residencias de figuras políticas se convirtieron en blanco de la multitud: la del premier recién dimitido K. P. Sharma Oli, la del líder del Partido del Congreso, Sher Bahadur Deuba, y la del jefe del Partido Comunista Maoísta, Pushpa Kamal Dahal.

En el caso de la vivienda de Khanal, ex primer ministro y referente histórico de la política nepalí, el ataque tuvo un desenlace trágico: su esposa no logró escapar del fuego. Fue trasladada en estado crítico al Hospital de Quemados de Kirtipur, donde falleció pocas horas después.

Balance sangriento

El director del Hospital Civil, Mohan Regmi, confirmó que tres manifestantes más murieron en las últimas horas, elevando la cifra total de víctimas mortales a 25. Decenas de heridos permanecen hospitalizados, muchos con quemaduras y lesiones graves producto de los enfrentamientos.

Videos difundidos en redes sociales muestran columnas de humo saliendo de edificios oficiales, vehículos en llamas y enfrentamientos entre jóvenes y fuerzas de seguridad que, según reportes locales, actuaron con munición real en algunos sectores.

Renuncia que no calma la furia

La dimisión del primer ministro Oli, anunciada la mañana del martes junto a la salida de varios de sus ministros, no logró detener la ola de violencia. El movimiento, bautizado como “Generación Z”, insiste en que no busca solo un cambio de gabinete, sino una transformación estructural del sistema político.

“El pueblo está cansado de ser gobernado por los mismos apellidos y las mismas promesas incumplidas”, denunció un activista en declaraciones recogidas por la prensa nepalí.

Ejército y autoridades llaman a la calma

Ante la escalada, el Ejército de Nepal emitió un comunicado urgente en el que instó a la población a “poner fin a los ataques y evitar más pérdidas humanas y materiales”, llamando a resolver la crisis mediante el diálogo político.

El alcalde de Katmandú, Balendra Shah, se sumó al pedido, advirtiendo que la ciudad “no soportará otra noche de violencia sin consecuencias irreparables”.

Un país al borde del colapso

Nepal, nación enclavada en el Himalaya y golpeada históricamente por crisis políticas, se enfrenta ahora a un desafío monumental: responder a una ciudadanía empoderada y digitalizada que exige transparencia, libertad y democracia real.

El incendio del Parlamento y la muerte de Rajyalaxmi Chitrakar simbolizan, para muchos, el fin de la paciencia de un pueblo con décadas de promesas incumplidas.

“Lo que está ardiendo no es solo un edificio. Está ardiendo la confianza en las instituciones”, comentó un analista político en la televisión local Kantipur, reflejando el sentimiento generalizado en Katmandú.

Belén Pavez

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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