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NAVIDAD MARCADA POR LA TRAGEDIA: INTERNO GOLPEADO EN ACHA MUERE BAJO CUSTODIA DEL ESTADO

Golpeado en la cárcel, trasladado de urgencia y finalmente fallecido en una cama clínica: la muerte de un interno de Acha activó protocolos internacionales, abrió una causa penal y dejó a una familia exigiendo explicaciones.

La noche había caído. Las luces fluorescentes del Hospital Regional de Arica parpadeaban como testigos silenciosos de una tragedia anunciada. Un hombre que estuvo recluido en el Complejo Penitenciario de Acha murió en ese centro asistencial poco antes de que se encendieran las luces de Navidad. No llegó en silencio, pero sí con heridas profundas que narran lo que algunos llaman “la otra cara del sistema penitenciario nacional”.

Lo que se sabe del caso

El interno —aún no identificado oficialmente por autoridades— perdió la vida la tarde del miércoles 24 de diciembre, tras permanecer hospitalizado por graves complicaciones derivadas de una agresión sufrida el 17 de diciembre al interior del penal de Acha.

Aunque inicialmente el recluso fue atendido y dado de alta, su estado de salud se deterioró en la unidad penal, lo que obligó a su traslado urgente al Hospital Regional Dr. Juan Noé. Allí, su vida se consumió entre máquinas y preguntas sin respuesta.

Fiscalía activa investigación penal

La Fiscalía Regional de Arica y Parinacota confirmó que abrió una investigación penal para esclarecer el hecho, con la presencia de la autopsia bajo el Protocolo de Minnesota, una práctica de referencia internacional que se activa cuando la muerte de una persona en custodia del Estado despierta dudas sobre posibles vulneraciones de derechos humanos o responsabilidad institucional.

Este protocolo no es un trámite común: implica una revisión exhaustiva de la causa y circunstancias de la muerte, e instala bajo lupa cada pieza del rompecabezas judicial y médico.

Gendarmería niega participación, pero abre sumario interno

Según el comunicado oficial de Gendarmería de Chile, la institución confirmó y lamentó el fallecimiento, asegurando que no existen hasta ahora antecedentes que vinculen a funcionarios del organismo con la agresión que sufrió el interno. Sin embargo, conscientes de la sensibilidad del caso, anunciaron la apertura de un sumario administrativo interno para esclarecer lo sucedido y que se ajusten “las responsabilidades en caso de corresponder”.

La Dirección Regional de Gendarmería, sostuvo el comunicado, informó personalmente a los familiares a través de su dupla psicosocial sobre el desenlace y las diligencias en curso.

Familiares estallan en redes sociales

Mientras Ministerio Público y Gendarmería cruzan protocolos, la familia del fallecido utilizó redes sociales para denunciar y responsabilizar directamente a funcionarios de Gendarmería por el deceso. Sus publicaciones han generado amplio debate ciudadano y han encendido alertas respecto a la atención y resguardo de las personas privadas de libertad.

El clamor familiar refleja una fractura profunda: dolor que exige justicia y respuestas que no llegan con la prontitud ni la claridad que ellos demandan.

Un antecedente preocupante, no aislado

Este no es un caso aislado en el Complejo Penitenciario de Acha. En años recientes se han registrado varias situaciones de violencia letal entre internos que llamaron la atención nacional:

  • En 2024 un interno fue encontrado muerto, atado de pies y manos, luego de ser atacado por otros reclusos, lo que movilizó a la Fiscalía y a la Policía de Investigaciones (PDI) a investigar el homicidio dentro del penal.
  • En septiembre de ese mismo año, otro interno fue agredido con arma cortopunzante por un compañero de celda, y aunque fue atendido, falleció más tarde en el hospital regional.

Estos antecedentes revelan un patrón de violencia entre internos y ponen sobre la mesa preguntas que van más allá del hecho puntual: ¿están las cárceles chilenas —y en particular el penal de Acha— preparadas para garantizar seguridad y protección incluso entre los mismos presos? ¿La atención médica y supervisión penitenciaria son suficientes?

Imágenes de un sistema bajo tensión

Al interior de las prisiones, los episodios de agresión, riñas y armas hechas artesanalmente no son raros: varios casos judiciales muestran que armas blancas y tensiones grupales han sido parte del día a día en Acha, con consecuencias que han terminado en juicios y condenas.

Lo que sigue

Con la investigación penal en marcha, la autopsia bajo protocolo internacional y el sumario interno, este caso promete no caer en la indiferencia pública ni judicial. La muerte de un interno —en custodia del Estado— siempre obliga a mirar con lupa las fallas, las omisiones y las responsabilidades. La justicia, dicen los que piden respuestas, debe correr tan rápido como el dolor que deja esta historia.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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