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FLAMENCOS EN RIESGO: CONAF Y MUNICIPIO DE PICA RETIRAN 550 KILOS DE DESECHOS DEL SALAR DEL HUASCO

En una jornada de limpieza en el Parque Nacional Salar del Huasco, equipos de CONAF Tarapacá y la Municipalidad de Pica retiraron cerca de 550 kilos de residuos —entre botellas, basura domiciliaria y restos de vehículos— con el objetivo de reducir la contaminación en un ecosistema altoandino crítico donde anidan las tres especies de flamencos presentes en Chile.

El amanecer en el Parque Nacional Salar del Huasco suele ser una postal perfecta: los primeros rayos del sol rebotando sobre el espejo salino, las siluetas de los flamencos anidando en silencio, y ese viento altiplánico que parece barrerlo todo con furia primitiva. Sin embargo, el jueves 11 de diciembre, ese paisaje idílico reveló su otra cara: la del plástico quebrándose bajo las botas, el metal de antiguas carrocerías oxidadas sobresaliendo del desierto y la presencia incómoda de un enemigo silencioso—la basura humana.

Fue en ese contexto donde equipos de CONAF Tarapacá y funcionarios de la Municipalidad de Pica comenzaron una operación que, más que limpieza, parecía rescate. Bolsa tras bolsa, pedazo tras pedazo, recogieron lo que el turismo irresponsable y el abandono institucional habían dejado atrás. Al finalizar la jornada, el conteo fue brutal: 20 sacos repletos, más de 550 kilos de residuos, desde botellas plásticas y restos domiciliarios hasta fragmentos de vehículos destrozados que parecían testigos oxidados de un choque olvidado.

La escena, aunque impactante, no fue improvisada. La actividad formó parte de una estrategia ambiental mayor que busca enfrentar amenazas críticas en los ecosistemas altoandinos, un territorio frágil que no se recupera fácilmente. “En Tarapacá hemos identificado problemas serios: contaminación, riesgo de incendios forestales y la presencia de animales domésticos dentro de áreas protegidas”, explicó la directora regional de CONAF, Natalia Ortega, quien, con una mezcla de indignación y convicción, defendió la necesidad de redoblar esfuerzos y educación ambiental.

El Salar del Huasco no es un parque más. Es hogar de una de las postales más raras y delicadas del país: el único territorio en Chile donde anidan las tres especies de flamencos. Mientras los sacos de basura se acumulaban, el administrador del parque, Ignacio Cerda, volvió a insistir en aquello que parece obvio, pero que todavía debe repetirse como un mantra: no dejar residuos, no ingresar mascotas, respetar el espacio que no nos pertenece.

La Municipalidad de Pica, a través del encargado de Medio Ambiente, Juan Pablo Sepúlveda, destacó la alianza interinstitucional que hizo posible esta jornada. Las oficinas de Medio Ambiente, Aseo y Ornato y Agricultura, habitualmente ocupadas en tareas urbanas, trasladaron su trabajo al corazón del altiplano para reforzar que el cuidado ambiental no entiende de fronteras administrativas.

Porque esto no es solo un operativo aislado. Es un aviso. Un recordatorio incómodo. Un punto de quiebre. El mensaje final de Natalia Ortega fue tan directo como necesario: las áreas protegidas no son vertederos turísticos, los animales domésticos no forman parte del ecosistema, y la basura que sube debe bajar con cada visitante. El daño ambiental no es magia; tiene responsables claros.

La media tonelada retirada ese día es más que un número. Es símbolo y síntoma. Es el peso físico y moral de nuestra convivencia con la naturaleza.

En el Salar del Huasco, la belleza sigue allí, intacta para quien quiera mirarla. Pero ya no es posible contemplarla sin preguntarse algo: ¿cuántas veces más tendremos que limpiar lo que nunca debió ensuciarse?

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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