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LA REVOLUCIÓN DEL RECREO: CHILE OBLIGA A MOVER EL CUERPO Y DESPIERTA A UNA GENERACIÓN QUE CRECÍA SENTADA

Por primera vez en años, una ley aterriza en las aulas con olor a tierra húmeda, sudor infantil y el sonido inconfundible de un balón rebotando contra el cemento. Desde hoy, el país deja de mirar la actividad física como una asignatura secundaria y la convierte en un derecho cotidiano. La Ley 21.778 no solo llega a los colegios: irrumpe en la vida de millones de niños y adolescentes que, sin saberlo, acaban de ganar una hora más de libertad al día.

El martes 25 de noviembre de 2025, escondida entre decretos y oficios del Diario Oficial, apareció una ley que promete cambiar el pulso del sistema escolar chileno. Una página más entre miles, pero con un efecto que podría sentirse durante décadas. La Ley 21.778, recién publicada, obliga a los establecimientos educacionales —públicos y privados, desde sala cuna hasta cuarto medio— a promover 60 minutos diarios de actividad física, juegos, deporte o activación cognitiva, integrados en la jornada educativa.

El papel dice “promover”, pero el espíritu grita algo mucho más profundo: Chile se cansó de criar generaciones inmóviles.

“Se acabó la era del niño sentado”, comenta un docente mientras hojea el documento digital, como si se tratara de una pequeña revolución camuflada en letra arial.

Una ley que entra a la sala de clases con zapatillas puestas

A diferencia de las reformas grandilocuentes que se pierden en seminarios, esta ley aterriza en el patio, la cancha, el pasillo y hasta la sala. No reorganiza horas en el currículum: abre espacios donde antes había silencio.

La norma establece que:

  • En educación parvularia, los juegos activos serán parte del día a día.
  • En básica y media, la actividad física regular deja de ser un complemento y pasa a ser una obligación pedagógica.
  • Actividades de baja, moderada o alta intensidad, juegos estratégicos, activación cerebral y dinámicas socioemocionales deberán incorporarse como herramientas de aprendizaje.
  • Los colegios deberán incluir estas actividades en sus planes de convivencia educativa, con metodologías activas y participación estudiantil.
  • Nada de confundir: estos 60 minutos no reemplazan la clase de Educación Física.
  • Y, en un punto inédito, se exige garantizar accesibilidad, inclusión y participación plena para estudiantes con discapacidad, autismo o necesidades educativas especiales.

La ley, en el fondo, rompe la lógica del alumno espectador: todos participan, nadie queda fuera.

La educación vuelve a moverse… literalmente

Los establecimientos tendrán que asegurarse de que existan:

  • Espacios disponibles durante la jornada
  • Material deportivo
  • Vestimenta adecuada sin discriminación
  • Encuentros, eventos y actividades recreativas pertinentes
  • Formación continua para docentes y asistentes

Es decir, la actividad física deja de depender del entusiasmo del profesor de educación física y se vuelve una responsabilidad institucional.

Un director de escuela lo resume así: “No es solo sacar a los niños al patio. Es repensar la escuela como un lugar que respira”.

La letra chica que abre una puerta gigante

El artículo transitorio fija una entrada en vigencia paulatina:

  • Primer año: parvularia y 1° a 4° básico
  • Segundo año: de 5° básico a IV medio

Dos etapas. Casi un suspiro si se compara con la magnitud del cambio cultural que se quiere instalar.

Además, la ley modifica la normativa sobre ambientes libres de comida chatarra, reforzando la protección en puntos de acceso, no solo dentro de los colegios. Un cerco más firme para enfrentar el sobrepeso infantil, una epidemia que crecía sin oposición.

El trasfondo de todo esto: una urgencia que gritaba desde hace años

Durante la última década, los indicadores de sedentarismo en estudiantes subieron silenciosamente, mientras celulares, clases online y recreos cortos moldeaban una generación más estática que nunca. La pandemia terminó de rematar hábitos ya dañados.

El legislador que impulsó la iniciativa lo dijo así en un debate: “Un país que no se mueve, no piensa. Si queremos ciudadanos sanos, partamos por donde empieza todo: la escuela”.

Un nuevo pacto educativo: el cuerpo vuelve a tener voz

La ley no lo dice explícitamente, pero se siente: el movimiento es un derecho, no un premio por buen comportamiento. La escuela deja de ser un espacio donde sentarse es la regla y correr, la excepción.

Algunos expertos ya hablan del “giro biopedagógico”: comprender que la mente aprende mejor cuando el cuerpo participa.

Y aunque la norma nació como un texto legislativo, en esencia es una declaración cultural: Chile vuelve a apostar por la niñez en movimiento.

Por la coordinación motora que se forja en los juegos, por la autoestima que nace cuando el cuerpo responde, por la salud mental que se equilibra cuando el cuerpo se activa.

El comienzo de una historia que se escribirá en los patios

La Ley 21.778 ya está publicada, firmada por el Presidente Gabriel Boric y por los ministros de Salud, Educación y Deporte. Falta el paso más difícil: llevarla del PDF a la vida diaria.

Los próximos recreos serán distintos.
Los patios volverán a llenarse.
Las escuelas volverán a sonar a escuela.

Porque, aunque parezca exagerado, esta ley no solo cambia horarios: cambia biografías. Aquellas que se escriben corriendo, saltando, tropezando, levantándose… viviendo.

Revisa la publicación completa del Diario Oficial de Chile:

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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