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“LA MAÑANA EN QUE EL LICEO DESPERTÓ CON UN GRITO”: BRUTAL AGRESIÓN DE JOVEN BOXEADOR DEJA GRAVE A ESTUDIANTE DE 14 AÑOS EN IQUIQUE

Un estudiante de 18 años, boxeador y campeón regional, ingresó a una sala del Liceo Politécnico José Gutiérrez de la Fuente en Iquique y golpeó brutalmente a un alumno de 14 años, dejándolo con lesiones oculares de gravedad. La madre denuncia motivación homofóbica, Carabineros detuvo al agresor y el SLEP confirmó que se activaron todos los protocolos.

Por un instante, el Liceo Politécnico José Gutiérrez de la Fuente siguió siendo lo de siempre: pasillos largos, cuadernos bajo el brazo, voces que se arrastran entre sonrisas y cansancio, pero a las pocas horas de iniciado el jueves, aquel edificio de paredes gastadas se convirtió en el escenario de una violencia que hoy tiene a toda la comunidad escolar de Iquique intentando comprender cómo un conflicto adolescente terminó en una golpiza feroz.

Según relataron testigos, el silencio del segundo piso se quebró de golpe. No fue un portazo. No fue un grito de profesor. Fue otra cosa: una mezcla entre estruendo y descontrol que nadie pudo ignorar.

Dentro de una sala, un estudiante de 18 años —conocido en el liceo por su trayectoria como boxeador y actual campeón regional— descargaba una serie de golpes contra un alumno de 14 años que no tuvo cómo defenderse. En segundos, el ataque se volvió tan violento que el adolescente quedó tendido, con heridas que más tarde serían catalogadas como contusión del globo ocular y daño en tejido orbitario.

La madre del menor, aún con la voz quebrada, entregó una versión que cambiaría por completo el tono del caso: “Esto no fue una pelea. Fue una agresión motivada por discriminación. A mi hijo lo insultaron por su orientación sexual. Lo trataron de una forma humillante y ofensiva antes de golpearlo”, denunció.

Una tensión que venía de antes

La historia, sin embargo, no nació el día de la agresión.
Días antes, el menor había tenido un altercado con una compañera de curso que terminó en empujones y golpes. La situación dejó al estudiante afectado fuera del colegio durante varias jornadas, hasta que decidió regresar el jueves.

Pero su retorno no fue tranquilo.

Apenas llegó, según denunció la madre, el pololo de la joven involucrada —el boxeador de 18 años— fue directamente a buscarlo. No esperó recreo, no pidió explicaciones: entró a la sala donde el menor estaba sentado y desató la golpiza que terminó siendo frenada por otros estudiantes y personal del liceo.

Un ataque que remece a Iquique

La gravedad del hecho generó una rápida reacción institucional.
El menor fue trasladado en ambulancia al Hospital Regional de Iquique, donde se confirmó la lesión ocular. Paralelamente, el establecimiento activó sus protocolos internos: llamado a apoderados, notificación a Carabineros y acompañamiento psicológico.

Carabineros llegó pocos minutos después y detuvo al agresor por el delito de lesiones en agresión. El teniente coronel Raúl Soto, subprefecto Administrativo de la Prefectura de Iquique, confirmó el procedimiento:

“Dos alumnos del establecimiento se agredieron físicamente con golpes y puños. Uno fue trasladado a un recinto asistencial para constatar lesiones; el otro quedó detenido”, declaró.

La denuncia que avanza y la sospecha de un ataque homofóbico

La madre del menor presentó de inmediato una denuncia formal ante Carabineros y anunció que también lo hará ante la Superintendencia de Educación, asegurando que su hijo fue víctima de violencia motivada por odio.

Según su testimonio, durante el ataque el agresor habría profirió insultos y descalificaciones relacionadas con la identidad sexual del joven, configurando un componente discriminatorio que agrava aún más la situación.

Desde el Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Iquique señalaron que el colegio actuó “de manera inmediata, activando todos los protocolos correspondientes y notificando a las autoridades competentes”.

El eco que aún retumba

Hoy, mientras el menor se recupera de las lesiones, el liceo intenta retomar la normalidad, pero el golpe ya está dado: estudiantes conmocionados, apoderados en alerta y un cuestionamiento profundo sobre la convivencia escolar, la discriminación y el límite —si es que existe— donde un conflicto adolescente puede transformarse en una tragedia.

Lo que sí está claro es que la investigación avanza y que la violencia de aquel jueves no será tratada como un incidente más, sino como un caso que puso en jaque la seguridad al interior de un establecimiento educacional y abrió un debate urgente sobre la discriminación y la respuesta institucional frente a la violencia escolar.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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