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“LA CÁMARA SE PINTA DE NARANJO”: EL DÍA EN QUE XIMENA ENTRÓ A VILAS RADIO A DESNUDAR SUS BATALLAS, SUS MIEDOS Y LA TARAPACÁ QUE PROMETE DEFENDER

La nueva diputada electa por Tarapacá, Ximena Naranjo (Ind-UDI), analiza sin filtros el estrecho triunfo que la llevó al Congreso, reconoce los territorios donde no pidió votos por ética, adelanta una fiscalización “sin favores” y fija su primera promesa: recorrer todo el interior antes de asumir para enfrentar seguridad, migración, abandono territorial y el impacto social del polémico plan regulador que hoy tiene a familias enteras al borde del desalojo.

La puerta del estudio se abrió como si el aire mismo cargara electricidad. Era lunes, pero el ambiente tenía algo de domingo de elección: ese silencio previo al anuncio, esa tensión que se acumula cuando una región entera espera respuestas. Y entonces entró Ximena Naranjo, el nuevo rostro electo para la Cámara de Diputados por el Distrito 2, independiente con cupo UDI, 19.928 votos que —como dijo más de un auditor— “pintaron Tarapacá de naranjo”.

No venía sola. Venía con su tono firme, su carcajada espontánea, su relato de campaña y un ejército invisible de naranjitos que, según ella misma, brotaron en sectores donde jamás imaginó tener eco. La sentamos en la mesa, la luz roja de micrófono encendida, y la ciudad entera se pegó a la radio.

La entrevista arrancó con una verdad que sorprendió incluso a la propia Naranjo.

¿Te sorprendió la cantidad de votos?
—Sí —dijo sin rodeos—. Sí me sorprendió… pero también sabía que esta lista tenía que ser potente. Era él o era yo. Ramón o yo. Y estuvo estrecho.

Lo dijo con la naturalidad de quien acaba de derrotar a un “monstruo político”, como lo llamó: un exconcejal, exalcalde, exdiputado, un hombre de trayectoria larga. Pero ese triunfo, lejos de engreírla, parecía todavía pesarle en los hombros. Ese mismo peso que ahora carga sobre la región.

COLCHANE: LA PREGUNTA INCÓMODA

Había temas que no podían escaparse. Y como suele ocurrir en Vilas Radio, la conversación se puso áspera.
La frontera.
La migración.
Los vecinos que viven entre el miedo y la incertidumbre.

—¿Fuiste a Colchane en campaña?
—No —respondió—. No porque no lo conociera… lo conozco muy bien. Pero no quise prometer cosas que quizás no podía cumplir.

La frase cayó como un balde de agua helada en el estudio.

—No lo comparto —dije sin dudar—, aunque lo entiendo. Porque Colchane hoy es una herida abierta: noches de ingreso masivo, pasos no habilitados, adultos mayores aterrados, y una ley migratoria que pareciera mirar hacia otro lado.

Naranjo respiró hondo.

—La ley migratoria debe ser modificada. El paso no habilitado no puede seguir siendo solo una falta administrativa. Es inviable.

Habló de tecnología, de recursos, de patrullajes. Y advirtió algo que muy pocos candidatos habían dicho con esa claridad:

—Estamos atacando Colchane… pero no es el único punto de ingreso. Si frenan allá, se moverán a otro sector. Ya está pasando.

Y sí. Ya está pasando. Y ella lo sabe.

LOS 100 DÍAS PROMETIDOS: UNA FIRMA AL AIRE

Fue entonces cuando lanzó la frase que hizo que los auditores llenaran el WhatsApp:

—Antes de asumir recorreré todo el interior. Todo.
—¿Lo firmas aquí? —preguntamos.
—Firmado.

Los teléfonos sonaron como sirena.

Porque en Tarapacá sabemos leer entre líneas: cuando un político dice “prometo”, se levanta una ceja. Cuando dice “lo firmo”, se levanta toda la región.

LA VIDA PRIVADA EN MEDIO DE LA TORMENTA

La conversación se deslizó por un instante hacia lo personal, porque ningún cargo público existe sin una familia detrás. Y ahí apareció él: “el chanchito”, su marido, su compañero, su “garrapata”, como bromeó entre risas.
Él se va con ella a Santiago.
Ella no lo deja solo.
Él no la deja sola.

Y el estudio explotó de mensajes. Tarapacá ama las historias de lucha en equipo. Y esta, sin duda, lo es.

FISCALIZAR “A TODOS”: CUANDO NO SE LE DEBE FAVORES A NADIE

Luego vino el tema que muchos esperaban: ¿a quién fiscalizará?

—A cualquiera —dijo—. No le debo favores políticos a nadie.

El aire cambió.
Hablar de fiscalización en Tarapacá es abrir una grieta.
Y lo abrió.

—¿Fiscalizaría al alcalde de Iquique?
—Obvio.
—¿Y al de Colchane?
—También.
—¿Y al de Alto Hospicio?
—A quien sea necesario.

No tembló. No esquivó. No maquilló.

LOS VERDES: LA BOMBA QUE EXPLOTÓ EN VIVO

Y mientras la entrevista fluía, estalló el tema más doloroso del día: los locatarios de Caleta Los Verdes. La notificación había llegado: solo pueden vender hasta este domingo; deben abandonar antes del 15 de diciembre.

666 familias, dicen algunos. Ocho locales. Décadas de trabajo.
Todo por un Plan Regulador aprobado —según ella— “a tontas y a locas”.

—Yo fui la única que lo rechazó —dijo Naranjo—. Y lo dije entonces: este plan está pésimo. Horrible.

En su voz había rabia, pero también frustración.
Y algo más: compromiso.

—Si tengo que ir a Los Verdes, voy. Pero quien tiene que responder es el alcalde. Él puede modificarlo.

El estudio se quedó en silencio.
Afuera, familias enteras lloraban su notificación.
Adentro, la recién electa diputada se hacía cargo.

—Dígales algo, aunque usted votó en contra —le pedimos.
—Tienen mi apoyo —respondió—. Pero esto depende del alcalde. Y deben exigirle.

LOS AUDITORES: EL PUEBLO TOMANDO LA PALABRA

Los llamados telefónicos no pararon.
José, Jesús, vecinos, comerciantes, jefas de hogar.
Todos querían preguntarle, reclamarle, agradecerle o advertirle.

Porque Tarapacá habla fuerte.
Y en Vilas Radio se escucha.

UN FINAL QUE NO FUE FINAL

Cuando el tiempo se nos acababa, ella se puso de pie y dejó una frase suspendida en el aire:

—A partir del martes empezamos la planificación. Y ustedes en Vilas Radio serán parte. Les avisaremos de cada recorrido. Esto recién empieza.

Y sí.
Esto recién empieza.

UN TARAPACÁ EN ALERTA

En el estudio quedó ese olor a política sin maquillaje:
a conversación real, a tensión honesta, a promesas que deberán cumplirse con los pies sobre la tierra y los ojos en la región.

Ximena Naranjo salió por la misma puerta por donde entró, pero no salió igual.
Llevaba consigo la presión de una región cansada, la voz de los locatarios desalojados, el miedo de Colchane, el sueño de un 10 de agosto feriado, y la promesa de fiscalizar sin favores.

Tarapacá la eligió.
Ahora Tarapacá la observa.

La Cámara se pinta de naranjo.
Y esto —como diría cualquier buen pampino— recién se está calentando.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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