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JUSTICIA EN LA CANCHA: VECINOS DETIENEN A ASALTANTE TRAS VIOLENTO ATAQUE EN IQUIQUE

Una noche de fútbol terminó en persecución, gritos y justicia vecinal. La Fiscalía logró condena contra un ciudadano venezolano por un robo frustrado que encendió la furia y la valentía de un barrio entero.

Era una noche cualquiera en Iquique, de esas donde las luces de las canchas alumbran más que las farolas del barrio y el eco del balón se mezcla con las risas y gritos del público improvisado, pero en cuestión de segundos, la rutina se quebró con un grito de terror. Eran las 22:00 horas del 30 de noviembre de 2024 cuando el miedo irrumpió en la esquina de Elías Laferte con Juan Giraux.

Una mujer, que minutos antes había acompañado a su pareja a jugar un partido, esperaba tranquila a la dueña del recinto para recuperar una llave extraviada. De pronto, una sombra se abalanzó sobre ella. Una mano cubrió su boca. Una voz susurró amenazas. El forcejeo fue violento. El asaltante —identificado después como José Mendoza Uzcátegui, de nacionalidad venezolana— intentó arrancarle sus pertenencias con brutalidad. La arrojó al suelo, intentando silenciar sus gritos.

Pero el silencio nunca llegó.

Desde la cancha, su pareja y un grupo de amigos escucharon los alaridos desgarradores. En segundos, la escena cambió: los jugadores dejaron el partido, cruzaron el portón y corrieron hacia la calle. El ladrón soltó a la víctima y escapó entre las sombras, pero la adrenalina y la rabia fueron más rápidas que él. La persecución se extendió por las calles del sector, mientras los vecinos salían alertados por el ruido.

No alcanzó a llegar lejos. A pocas cuadras, el hombre fue acorralado y retenido por los mismos habitantes del barrio, que lo inmovilizaron hasta la llegada de Carabineros. En cuestión de minutos, la noche había pasado del miedo al coraje colectivo: un vecindario entero transformado en testigo, víctima y héroe.

La Fiscalía Local de Iquique, a través de su Unidad de Delitos Violentos, tomó el caso. El fiscal Francisco Almazán fue quien presentó ante el tribunal las pruebas que sellaron el destino del agresor: testimonios directos, imágenes de cámaras de seguridad y el informe médico que confirmó las lesiones sufridas por la víctima.

Durante el juicio, la historia se reconstruyó detalle a detalle, y el relato estremeció a los presentes: la violencia del ataque, la desesperación de la mujer, la rapidez con que los vecinos lograron impedir que el delito se consumara.

El Tribunal Oral en lo Penal no tuvo dudas. Concluyó que Mendoza Uzcátegui era el autor de un robo con violencia e intimidación en grado de frustrado, y lo condenó a 5 años y un día de presidio efectivo, sin beneficios. Una sentencia que, según la Fiscalía, no sólo castiga un acto delictual, sino que envía una señal clara frente al aumento de la violencia urbana.

En las afueras del tribunal, algunos de los vecinos que participaron en la retención del asaltante comentaron que la escena “fue de película”.
—“No lo pensamos, sólo actuamos. La vimos en el suelo, gritando, y corrimos. No íbamos a dejar que escapara”— relató uno de ellos.

Para muchos, el episodio reavivó un sentimiento antiguo: la defensa del barrio, la unión frente al miedo. En tiempos donde la delincuencia parece ganar terreno, esa noche los vecinos de Iquique demostraron que la comunidad aún puede dar la pelea.

Y aunque el miedo sigue rondando las calles, esta vez el final fue distinto: la justicia no llegó desde lejos, sino desde la misma cancha donde todo comenzó.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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