
Un lamentable episodio de racismo marcó el partido entre Palmeiras y Cerro Porteño, por la segunda fecha del Grupo C de la Copa Libertadores Sub 20. Durante el encuentro disputado en el estadio Gunter Voghel, los futbolistas brasileños Figuereido y Luighi fueron víctimas de insultos y gestos discriminatorios al abandonar el campo de juego.
El caso más grave fue el de Luighi, delantero de 18 años de Palmeiras, quien no pudo contener las lágrimas tras ser blanco de ataques racistas. El jugador intentó llamar la atención del árbitro para frenar el encuentro, pero el partido solo se detuvo brevemente. “¿Hasta cuándo vamos a pasar por esto? Lo que me hicieron es un crimen”, expresó indignado al final del duelo, luego de que la transmisión oficial no abordara lo sucedido.
A través de su cuenta de Instagram, el joven atacante se desahogó con un potente mensaje. “Duele el alma. Es el mismo dolor que todos los negros han sentido a lo largo de la historia. Las cosas evolucionan, pero nunca están 100% resueltas”, escribió. Además, hizo un llamado a no normalizar estas situaciones: “El episodio de hoy deja cicatrices y debe ser visto como lo que realmente es: un crimen”.
El Palmeiras condenó el acto mediante un comunicado, en el que exigió sanciones para los responsables. “Es inaceptable que un club brasileño deba lamentar otro acto criminal de racismo en una competición de la CONMEBOL”, declararon. También recalcaron la urgencia de tomar medidas: “El racismo es un crimen y la impunidad solo protege a los cobardes”.
El hecho ha generado amplia repercusión en el fútbol sudamericano, con llamados a reforzar las sanciones por discriminación en torneos internacionales. Desde la CONMEBOL, hasta el momento, no han emitido declaraciones sobre lo ocurrido en Paraguay.