Con una gran trayectoria marcada por éxitos de boleros y baladas, y una vida de luces y flashes que logró a pesar de la ceguera, el guitarrista y cantante puertorriqueño, José Feliciano, hoy 10 de septiembre celebra con sus cercanos y fans sus 77 años de vida.
Su biografía nos señala que se trasladó a Nueva York, Estados Unidos, con su familia a los cinco años de edad. Conoció la guitarra, instrumento que fue el compañero inseparable de su carrera artística. Tras abandonar la escuela a los diecisiete años, se convirtió en un imprescindible del circuito musical del Greenwich Village , donde empezó a combinar los ritmos latinos con el rythm & blues.
Pronto llamó la atención del sello discográfico RCA, por el que fichó en 1964 y con el que lanzaría su single y álbum de debut: Everybody do the click y The voice and the guitar of José Feliciano. Ninguno de ellos logró entrar en las listas de ventas, pero igualmente empezó a ser conocido a nivel nacional. Durante los años siguientes, Feliciano cantó y grabó en castellano, obteniendo gran popularidad en Latinoamérica y entre la comunidad hispana residente en Estados Unidos.
En 1968 llegó su primer y más sonado éxito, una versión del Light my fire de The Doors, el que alcanzó el número tres en las listas americanas; esta posición se vio superada con el álbum Feliciano, que se situó en el segundo puesto y permaneció en las listas durante casi año y medio. En 1969 editó el álbum Souled y recibió dos Grammy por el éxito del año anterior. Antes de acabar el año, lanzó Feliciano/10 to 23, que entró también con fuerza en las listas inglesas. Pero estas incursiones en el mercado anglosajón acabaron con el larga duración Fireworks (1970), que supuso el inicio de su declive en las listas americanas, en las que apenas alcanzó al top cincuenta.
En 1981 firmó contrato con la disquera Motown Latino, y se concentró en las grabaciones en castellano, mercado en donde todavía tenía fuerza; también siguió grabando en inglés, aunque sus trabajos tuvieron limitada repercusión. Escenas de amor y Romance in the night, ambos de 1983, son ejemplos de esta nueva etapa. Tras ello, dejó la discográfica y se convirtió en un habitual del circuito americano de oldies y de la televisión, y dejó prácticamente de grabar.
Su carrera se vio relanzada en los noventa tras el fichaje por EMI Latin; con este sello editó I’m never gonna change (1989), al que siguieron Nina, Tu inmenso amor o Latin Street’92.