
Un estudio encargado por UNICEF al Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) reveló que, de mantenerse las actuales tasas de crecimiento poblacional y migratorio, Iquique y Alto Hospicio enfrentarán una saturación crítica en su sistema educativo hacia el año 2030. El informe, elaborado junto al Mineduc, SLEP Iquique y Tamarugal, y la Seremi de Educación de Tarapacá, detalla la escasez de cupos en educación básica y media, la sobreocupación de establecimientos y la urgente necesidad de fortalecer la planificación institucional para garantizar el derecho a la educación en una región marcada por el crecimiento explosivo y la migración.
La región donde las aulas se quedan pequeñas
El sonido de las campanas escolares podría convertirse en eco de alerta para Tarapacá. En las comunas de Iquique y Alto Hospicio —donde la vida crece al ritmo de la migración, la expansión urbana y los sueños de miles de familias— el sistema educativo comienza a tensarse hasta el límite.
Un reciente estudio de UNICEF, elaborado por el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, encendió todas las alarmas: de aquí al 2030, los colegios de ambas comunas podrían no tener capacidad para recibir a todos los niños y jóvenes que requerirán un pupitre.
Los investigadores no hablan de una simple presión, sino de una “saturación crítica” de la demanda educativa, especialmente en segundo ciclo básico y enseñanza media, donde las aulas ya comienzan a desbordarse.
“Estamos frente a un fenómeno que, de no anticiparse, dejará a cientos de estudiantes sin acceso a la educación pública”, advirtió Gabriela Rebagliati, coordinadora del estudio del CIAE, durante la presentación del informe en Iquique.
El retrato de una región en transformación
Las cifras detrás de esta advertencia no surgen de la nada. Tarapacá vive una transformación demográfica acelerada, marcada por el flujo migratorio y el crecimiento sostenido de su población infantil y juvenil.
El estudio —titulado “Estimación y caracterización de la oferta y demanda de educación parvularia, básica y media en la Región de Tarapacá”— no solo fotografió la realidad actual, sino que construyó un modelo predictivo capaz de proyectar, con base en distintos escenarios de crecimiento, cómo evolucionará la matrícula escolar en los próximos años.
Entre las preguntas que guiaron la investigación destacan:
- ¿Cuántos niños y niñas están en edad escolar en Tarapacá?
- ¿Cómo ha crecido la población escolar migrante?
- ¿Cuál es la capacidad real de los colegios parvularios, básicos y medios?
- ¿Existen zonas geográficas donde la demanda supera con creces la oferta?
Las respuestas, advierte el documento, son tan elocuentes como preocupantes.
“Un tablero de sillas musicales”
En la actualidad, el proceso de matrícula en Iquique y Alto Hospicio se ha convertido en una suerte de juego de sillas musicales: cada año hay más postulantes que cupos disponibles, y las familias se ven obligadas a recorrer escuelas, llenar formularios y esperar sorteos para asegurar un espacio.
“Lo que hoy es una dificultad puntual, mañana podría transformarse en una crisis estructural”, señala Patricio Rodríguez, investigador del CIAE y director del proyecto.
Según explicó, el objetivo principal del estudio fue “fortalecer los mecanismos de planificación educativa en una región que enfrenta una presión de matrícula sostenida debido al crecimiento demográfico y la alta migración”.
Rodríguez enfatizó que este tipo de herramientas de simulación pueden ser clave para anticipar escenarios, “pero requieren de coordinación institucional, inversión y una política pública que reaccione a tiempo”.
Los nudos críticos que estrangulan la educación pública
El diagnóstico del CIAE no se limita a los números. El documento también identifica una serie de “nudos críticos institucionales” que frenan la capacidad del sistema para adaptarse:
- Falta de coordinación entre los distintos niveles de gestión educativa.
- Escasa actualización de la normativa vigente sobre planificación escolar.
- Procesos de matrícula poco flexibles ante flujos migratorios inesperados.
- Débil articulación entre municipios, SLEP y el Mineduc.
“Si no se fortalece la institucionalidad, seguiremos parchando el sistema en lugar de planificarlo”, advirtió Xavier Vanni, investigador del CIAE y uno de los autores del estudio. Para él, el desafío no solo es construir más escuelas, sino también modernizar la manera en que Chile gestiona la educación pública en regiones que cambian con rapidez.
La advertencia desde UNICEF y la Seremi de Educación
Durante la presentación del estudio —que contó con la participación de la Seremi de Educación (s) Carmen Barrera, representantes del Mineduc, SLEP Iquique y Tamarugal, y actores locales del sistema educativo—, se discutieron estrategias para abordar las recomendaciones del informe.
Barrera destacó que “la región de Tarapacá enfrenta desafíos complejos, pero también cuenta con una red de colaboración institucional que puede anticiparse si se planifica con visión y compromiso”.
Desde UNICEF, la alerta se centra en garantizar que ningún niño o niña quede fuera del sistema por falta de cupo o infraestructura. La organización recalcó que la educación es un derecho, no un privilegio que dependa del lugar de residencia o del origen migratorio.
Un 2030 que se avecina con aulas llenas
Las proyecciones del estudio son categóricas: si no se interviene ahora, hacia el 2030 el sistema educativo de Iquique y Alto Hospicio podría alcanzar niveles de ocupación cercanos al 100%, generando un cuello de botella que impactaría directamente en la calidad de la enseñanza.
Los investigadores del CIAE proponen una hoja de ruta con recomendaciones estratégicas, entre ellas:
- Modernizar los sistemas de información y matrícula.
- Aumentar la inversión en infraestructura escolar en zonas críticas.
- Potenciar la coordinación intersectorial y la gestión flexible de cupos.
- Desarrollar políticas que integren el componente migratorio en la planificación educativa.
“Estamos a tiempo de evitar el colapso, pero el reloj corre”, concluye Rebagliati. “Si no se fortalecen los mecanismos institucionales, en 2030 la saturación será una realidad visible en cada sala de clases.”
Una región en la encrucijada
Tarapacá se mira en el espejo del futuro y ve una verdad incómoda: sus escuelas podrían quedarse sin espacio para todos sus niños. Entre las pizarras, las mochilas y los sueños, el estudio de UNICEF y el CIAE deja una advertencia contundente: la educación no puede esperar.
El desafío no es solo construir más aulas, sino repensar un sistema que debe ser tan dinámico como la realidad que lo rodea. Porque en el norte grande de Chile, donde el sol no perdona y la vida no se detiene, el derecho a la educación debe seguir siendo una puerta abierta, no una sala llena.
Fuente: Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE)







