
En el corazón del desierto, entre cerros que guardan historias y tradiciones centenarias, Huarasiña comienza a escribir un nuevo capítulo. Lo hace con una obra que va más allá del cemento y los muros: una nueva sala de uso múltiple para las personas mayores, un espacio pensado para que la comunidad vuelva a encontrarse, compartir y mantener vivas las costumbres que dan identidad al poblado.
La iniciativa, impulsada por la Municipalidad de Huara y financiada gracias al Fondo Regional de Iniciativa Local (FRIL) del Gobierno Regional de Tarapacá, representa una inversión de $149 millones 44 mil 955 pesos, y responde a un anhelo que llevaba décadas en espera: recuperar un recinto que alguna vez fue el alma social del pueblo.
De símbolo comunitario a ruina, y ahora a esperanza
Durante los años 70, la antigua sala de reuniones fue testigo de talleres, celebraciones y encuentros liderados principalmente por mujeres. Ahí se tejían no solo lanas, sino también amistades, lazos y tradiciones. Sin embargo, el paso del tiempo, los movimientos sísmicos y los aluviones fueron debilitando su estructura hasta dejarla inutilizable y peligrosa.
Con los años, los vecinos debieron trasladar sus actividades a una sede improvisada, pequeña y carente de las condiciones mínimas para recibirlos con comodidad. Aun así, la comunidad siguió reuniéndose: “Huarasiña nunca ha dejado de celebrar, ni siquiera cuando los muros se caen”, recuerda entre risas una de las vecinas más antiguas del sector.

Un proyecto con corazón
Para el alcalde José Bartolo Vinaya, esta reposición no solo representa una mejora en infraestructura, sino un acto de justicia con quienes han sostenido la vida del pueblo.
“Esta obra tiene un profundo sentido comunitario, porque reconoce la trayectoria y el aporte de las personas mayores, quienes son el corazón de cada localidad. Queremos que tengan un lugar digno, cómodo y seguro donde puedan reunirse, compartir y mantener vivas sus tradiciones”, señaló el jefe comunal.
La nueva sala de uso múltiple fue diseñada con enfoque inclusivo: contará con accesibilidad universal, zonas seguras, y un espacio flexible que permitirá el desarrollo de actividades sociales, culturales, recreativas y religiosas. Su objetivo es ser un punto de encuentro para los mayores, pero también un espacio de unión para toda la comunidad, incluyendo a quienes, desde otras ciudades, regresan cada año a participar en las festividades patronales.
Un espacio para volver a encontrarse
La reposición de esta infraestructura marca el inicio de una nueva etapa para Huarasiña. Más que un edificio, la sala será un símbolo del reencuentro: un lugar donde los adultos mayores podrán volver a cantar, bailar, celebrar y enseñar a las nuevas generaciones las costumbres que mantienen viva la identidad de este rincón del desierto.
En un territorio donde el viento levanta polvo y memoria, Huarasiña vuelve a levantarse, con la fuerza de su gente y el apoyo de un proyecto que honra su historia.



					



