
Autoridades regionales, comunales y vecinos participaron en el inicio de obras de los nuevos baños públicos financiados por el MINVU en Huara, parte del programa que destina $1.500 millones para seis proyectos definidos por la comunidad. La iniciativa contempla mejoras urbanas, infraestructura comunitaria y avances paralelos en Pisagua, Tarapacá y otras localidades del Tamarugal.
A veces, el impulso de un pueblo se mide en gestos pequeños: una reunión al sol, una firma, un aplauso que rebota entre las paredes del desierto. Así comenzó la mañana en Huara, cuando autoridades, vecinas y vecinos se reunieron en la Plaza “31 de Octubre” para presenciar un hito que, aunque pueda parecer sencillo, forma parte de un cambio mucho más profundo: el inicio de las obras de los nuevos servicios higiénicos públicos, una inversión de $104 millones del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) que abre la ruta a una transformación urbana largamente esperada.
La escena tuvo tintes de fiesta civil. No era solo el anuncio de un proyecto; era el arranque oficial de un plan mayor: las seis obras priorizadas por la propia comunidad dentro del Programa Pequeñas Localidades, iniciativa del MINVU que busca equilibrar territorios históricamente relegados.
Allí estaban la delegada presidencial del Tamarugal, Camila Castillo; el seremi de Vivienda, Diego Rebolledo; el alcalde José Bartolo Vinaya; diversas seremis y concejales, todos alineados frente a una comunidad que, por décadas, ha clamado por avances reales.
Un baño que es mucho más que un baño
Son 200 días corridos de ejecución, bajo supervisión técnica del municipio de Huara, para construir un equipamiento básico pero estratégico: un espacio que solucionará problemas de salubridad, facilitará las visitas y permitirá que la plaza —centro neurálgico del pueblo— pueda acoger actividades, turismo y servicios sin las precariedades habituales.
El seremi de Vivienda, Diego Rebolledo, lo dijo sin rodeos:
“Esta es la primera obra de la cartera definida por la comunidad. Y aunque es ambiciosa para iniciar, refleja exactamente el espíritu del programa: inversiones decididas por participación ciudadana”.
Rebolledo también abrió otra ventana de esperanza: el financiamiento pendiente del diseño del alcantarillado para Pisagua, que ya cuenta con Recomendación Social y solo espera la liberación de recursos desde DIPRES.
“Cuando lleguen los fondos, podremos avanzar en uno de los sueños más grandes de Pisagua”, señaló, detallando que ya hay coordinación lista con el municipio para acelerar el proceso.

La rueda del desarrollo empieza a girar
El MINVU no solo avanza con estos baños públicos. Rebolledo recordó que en Huara también se construye el Centro Comunitario de Cuidados, parte del Sistema Nacional de Cuidados impulsado por el gobierno del Presidente Gabriel Boric: “En menos de un año sumamos un 70% de avance. Esto es progreso concreto”.
Y es solo una parte del paquete. Huara fue seleccionada el 2021 para recibir 1.500 millones de pesos, destinados a seis proyectos clave:
• mejoramiento de la Plaza de Acceso,
• Centro Integral para Personas Mayores y con Discapacidad,
• reposición del edificio consistorial,
• circuito peatonal con sombra,
• estudio de loteo para crecimiento urbano,
• y por supuesto, los nuevos servicios higiénicos.
“Por fin”, dice el pueblo
El alcalde José Bartolo Vinaya reconoció que estos baños “se esperaron por años”, destacando el rol técnico de la SECPLAC municipal que permitió postular y avanzar.
Vecinos como el concejal Edmundo Cáceres lo vivieron como un pequeño triunfo colectivo:
“Después de tanta evaluación y participación, ver que nuestras ideas se transforman en obras nos llena de orgullo”.
La delegada Camila Castillo reforzó la importancia de que sea la comunidad quien define prioridades:
“No solo ejecutamos lo que el programa financia. También buscamos recursos adicionales y herramientas como el royalty minero para que los municipios den el salto que tanto necesitan”.
Un programa que pisa firmemente en Tarapacá
Actualmente, Pequeñas Localidades opera en Pisagua, Huara, Tarapacá, La Tirana, San Marcos y Chanavayita, empujando proyectos que antes eran solo carpetas durmiendo en escritorios.
Hoy, sin embargo, en la Plaza “31 de Octubre”, la carpeta se volvió obra, y la obra se volvió símbolo.
Un baño público puede parecer menor en el mapa del país, pero aquí —en medio del desierto, donde todo cuesta más y tarda más— representa una señal potente: Huara sigue avanzando, y esta vez, con la comunidad guiando el timón.







