HOY SE CONMEMORA EL DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA CORRUPCIÓN
La corrupción está presente en todos los países, ya sean ricos o pobres, del norte o del sur. Se trata de un ataque contra los valores de las Naciones Unidas, además de socavar el estado de derecho e incita a la comisión de delitos como el tráfico ilícito de personas, drogas y armamento.
La evasión fiscal, el blanqueo de dinero y otros flujos ilícitos desvían recursos que son muy necesarios para el desarrollo sostenible. En el último informe el Banco Mundial cifró el costo de la corrupción en al menos 2,6 billones de dólares, o el 5 % del producto interno bruto mundial, además de indicar que las empresas y las personas pagan cada año más de 1 billón de dólares en sobornos.
COMPLEJO
La corrupción es un complejo fenómeno social, político y económico, que afecta a todos los países. Por ejemplo, socava las instituciones democráticas al distorsionar los procesos electorales, pervertir el imperio de la ley y crear atolladeros burocráticos, cuya única razón de ser es la de solicitar sobornos. También atrofia los cimientos del desarrollo económico, ya que desalienta la inversión extranjera directa y a las pequeñas empresas nacionales les resulta a menudo imposible superar los «gastos iniciales» requeridos por la corrupción.
El 31 de octubre de 2003, la Asamblea General aprobó la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción Documento PDF, que entró en vigor en diciembre de 2005, y pidió al Secretario General que designara a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) como la secretaría para la Conferencia de los Estados Partes de la Convención.
Para crear conciencia contra esta lacra y difundir el valioso papel de la Convención a la hora de luchar contra ella y prevenirla, la Asamblea también designó el 9 de diciembre como Día Internacional contra la Corrupción.
Gobiernos, el sector privado, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación y ciudadanos en todo el mundo están uniendo fuerzas para combatir este delito. El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) están en primera línea en ese esfuerzo.