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HANS SALINAS: EL CORAZÓN VALIENTE DE LOS DRAGONES CELESTES DE IQUIQUE

Hans Francisco Salinas Flores, nacido en El Salvador un 23 de abril de 1990, tiene 30 años, es casado y padre de Joaquín de 3 años, quien estuvo muy complicado de salud en sus primeros días de vida, donde se le recomendó al deportista vivir en una ciudad libre de smog, como es el caso de la capital de la primera región. Esta situación coincidió con su llegada al plantel de Deportes Iquique, lo que hizo que se generaran lazos sentimentales desde que llegó a la Tierra de Campeones junto a su familia.

Los comienzos de “William Wallace”, como ha sido apodado cariñosamente por la Hinchada Celeste, fueron en un equipo de barrio llamado “Unión Libertad”, donde el deportista señaló “desde que tengo uso de razón juego fútbol. Todos en mi familia son muy futboleros, mis tíos, mis primos, mis abuelos, mi hermano, mis sobrinos, todos, entonces siempre he tenido el futbol muy cerca. Partí en la Academia de Carlos Ramos en Santiago, quien me ayudo un montón para empezar a profesionalizarme a los 11 años”.

De familia de padres separados, sintió mucho más presente el apoyo de su madre, donde recibió el soporte incondicional de su familia, quienes siempre dejaron de lado sus propias responsabilidades por apoyarlo a él, situación que recuerda hasta el día de hoy y que lo marcó mucho sobre sus inicios.

Con la Academia de Carlos Ramos, señaló que fueron a jugar varios campeonatos, en los que se desempeñó como enganche, contención y central en algunos partidos. Luego, su carrera siguió en cadetes de Santiago Morning durante seis meses, donde luego decidió ir a probarse en Cobresal a los 15 años, siendo a sus dieciséis cuando le tocó debutar en su primer equipo profesional.

Es en esa instancia cuando conoce a José Miguel “El Tigre” Cantillana, quien ha sido clave en su carrera, ya que ha estado presente y ha sido partícipe de algunos de los hitos más importantes en su carrera, que lo han marcado hasta el día de hoy.

Su paso por Cobresal fue desde el 2008 al 2014, siendo su siguiente equipo la Universidad de Concepción durante un año. Luego, desde el 2016 al 2017 estuvo en el plantel de Deportes La Serena, donde finalmente arribó a Deportes Iquique desde el 2017 hasta la fecha, donde ya va a cumplir cuatro años vistiendo La Celeste.

Su vida gira entorno a los entrenamientos de fútbol y de su familia. “Por los temas de pandemia y por mi lesión los entrenamientos han sido más acotados, pero por lo general me gusta llegar una hora antes de los entrenamientos para hacer las cosas con calma, tranquilo y hacer fortalecimiento en las rodillas y zona media. A veces en las tardes hago ejercicios en mi casa para hacer trabajos complementarios para reforzar las áreas que estén con problemas”.

Sobre su alimentación explicó que gracias al trabajo conjunto de su nutricionista, se cuida con productos sanos para no afectar a su cuerpo en las recuperaciones, siendo la alimentación, el descanso y el entrenamiento, complementos que le han ayudado a su carrera profesional.

Sus hobbies son jugar tenis y tenis fútbol, aunque señala que no es muy bueno jugando tenis, siendo la naturaleza una instancia que le agrada para acercarse a las plantas y explorar en lugares nativos donde exista vegetación, ya que Hans se crio en el Cajón del Maipo, donde actualmente se está construyendo su casa para en el futuro asentarse por esas tierras.

Ordenado, metódico y organizado, Hans nos comentó que a veces se descoloca cuando las cosas no salen como las ha planificado “soy muy cuadrado en todo orden de cosas. Eso puede ser bueno, como también muy malo, ya que me mueven una pieza y se me descompone todo. Sin embargo, después que conocí a mi señora, he ido trabajándolo con ella, ella me ha ayudado mucho a superar estas situaciones y a ser más tolerante”.

Cuando le consultamos qué pasaría si Deportes Iquique bajaba de categoría, ¿Hans Salinas se va, o le gustaría quedarse en la institución y subir al equipo?

“Una pregunta súper difícil porque yo soy un tipo súper sentimental, trato de repente de no tomar decisiones muy apresuradas y me voy más por los afectos que por otras cosas, como lo económico. Acá estoy feliz con mi familia, todo el tiempo que llevamos acá la gente me ha hecho sentir muy querido, y luego uno trata de retribuirlo después la cancha y también con los años le tomas un cariño especial con la gente que trabaja en el club. Entonces se van generando lazos, y se trata de lazos importantes. En mi caso me encontré acá con Cantillana, que lo conozco desde Cobresal cuando me hizo debutar, entonces son personas que han marcado tu carrera como jugador y también han hecho que la estadía acá sea mucho más grata”.

“Hoy por hoy mi futuro es un poco incierto, pero para mí no es ningún sacrificio el hecho de estar acá, al contrario, nosotros felices y agradecidos también de la ciudad y de la institución que nos trajo, así que hoy no tengo una respuesta definitiva para eso, yo creo que si nos salvamos hay muchas posibilidades de que me pueda quedar. Y si no, también cabe la posibilidad que permanezca, depende mucho de lo que quiera la dirigencia”.

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