
La droga pasó desapercibida por los escáneres del puerto, exponiendo debilidades tecnológicas y protocolos de control. El proceso fiscalizará procedimientos y equipos entre enero de 2024 y marzo de 2025.
Arica se encuentra en el centro de la polémica tras la incautación de 1,5 toneladas de clorhidrato de cocaína, halladas en una máquina moldeadora de plástico de 28 toneladas, embarcada desde Tacna, Perú, con destino a Hong Kong. La carga no fue detectada inicialmente por los sistemas de control aduanero del país, lo que generó preocupación sobre la eficacia de los protocolos de inspección.
Ante este escenario, la Contraloría General de la República inició un proceso de auditoría nacional, enfocado en los puertos y aduanas de Arica y otras nueve regiones.
La revisión abarcará los procedimientos de control de importaciones y exportaciones, así como el correcto uso de escáneres y otros equipos de inspección, durante el período que va del 1 de enero de 2024 al 31 de marzo de 2025.
Objetivos de la auditoría
Según la Contraloría, se busca:
- Verificar si los puertos y aduanas cuentan con el equipamiento adecuado para controlar de manera efectiva el ingreso y salida de mercancías estratégicas.
- Determinar si los escáneres y otros instrumentos han presentado fallas técnicas o interrupciones que impidan su uso en momentos críticos.
- Evaluar la eficacia de los procedimientos de fiscalización, incluyendo revisión de cargas, control de operaciones y coordinación con el Ministerio Público.
El proceso será liderado por la Contraloría Regional de Valparaíso, con colaboración del Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos del Ministerio Público en la región, que ya recibió información sobre el hallazgo y determinó que no era necesaria una orden judicial para inspeccionar el cargamento.
Fallas detectadas y contexto en Arica
El hallazgo en Arica expone deficiencias en los sistemas tecnológicos y protocolos aduaneros:
- Antes de ser embarcada hacia Hong Kong, la máquina fue revisada mediante escáneres, pero los resultados no detectaron la droga oculta en su interior.
- La Asociación Nacional de Funcionarios de Aduanas (Anfa) ha denunciado que los equipos, incluidos los escáneres en Arica, presentan intermitencias y obsolescencia tecnológica, dificultando la detección de cargamentos ilegales.
- Según los funcionarios, “la tecnología avanza a gran velocidad y nuestros sistemas no siempre logran seguir el ritmo del narcotráfico”, lo que aumenta el riesgo de que drogas pasen desapercibidas.
Reacciones de Aduanas y Contraloría
El Servicio Nacional de Aduanas aseguró estar “a total disposición de la Contraloría” y enfatizó que los procesos de fiscalización son fundamentales para garantizar transparencia y uso eficiente de los recursos públicos.
Por su parte, la Contraloría señaló que la auditoría no solo revisará fallas tecnológicas, sino también los protocolos, procedimientos y capacitación del personal en Arica y otros puertos clave, con el objetivo de reforzar la seguridad del comercio exterior y evitar que situaciones como la detectada se repitan.
Impacto y relevancia nacional
El caso de Arica reaviva el debate sobre la eficiencia de los controles aduaneros en Chile, la necesidad de modernización tecnológica y la capacidad de enfrentar nuevas estrategias del narcotráfico. Además, pone en evidencia la vulnerabilidad de puertos estratégicos frente a cargas ilícitas de alto volumen.
La auditoría de la Contraloría servirá como herramienta para evaluar si los procedimientos actuales permiten detectar y bloquear cargamentos ilegales, y si la infraestructura tecnológica y humana está a la altura de los desafíos del comercio internacional y la seguridad nacional.
Próximos pasos
El proceso de fiscalización continuará durante los próximos meses y se espera que genere recomendaciones concretas para mejorar la efectividad de los controles en Arica y otros puertos del país. Mientras tanto, el Ministerio Público mantiene abierta la investigación sobre el cargamento de cocaína y las rutas utilizadas por el narcotráfico.
El hallazgo en Arica evidencia que, pese a la modernización de equipos iniciada en años recientes, persisten riesgos significativos en la detección de drogas, y que la combinación de auditorías y mejoras tecnológicas será clave para reforzar la seguridad en el comercio exterior chileno.