
El mundo agrícola chileno enfrenta una situación crítica debido al incremento de focos de mosca de la fruta —o mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata)— que, según el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), ya alcanza 42 brotes activos entre Arica y Chimbarongo. Esta cifra representa un alza significativa respecto de los 28 casos registrados en mayo y podría poner en riesgo la temporada de exportaciones frutícolas que comienza en octubre.
El SAG advierte que, pese a que Chile mantiene su estatus de país libre de la plaga desde 1995, la presión del ingreso ilegal de productos agrícolas por pasos fronterizos del norte es un factor clave en la expansión del problema.

Solo en el primer semestre de 2025 se incautaron 258 mil kilos de productos agropecuarios introducidos ilegalmente, además de más de un millón de huevos provenientes principalmente de Bolivia.
Representantes de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Frutas de Chile y Fedefruta se reunieron con el subsecretario de Agricultura y autoridades del SAG para exigir mayores controles y sanciones frente al contrabando.
El presidente de la SNA, Antonio Walker, calificó la situación como “una gran emergencia nacional” y advirtió que la falta de acción podría derivar en el cierre de mercados internacionales para la fruta chilena.
Los gremios apuntan a pasos ilegales, migración irregular y cambios climáticos como causas del aumento de la plaga. El objetivo es reducir los focos a la mitad antes de octubre, evitando así comprometer la condición sanitaria del país y su competitividad en los mercados globales.