
La propuesta del Gobierno de incrementar US$ 5 en las tasas de embarque para vuelos internacionales de más de 500 kilómetros promete generar debate en el sector turístico y la industria aérea, que advierten sobre posibles impactos negativos en la demanda de pasajeros y en la competitividad del país.
Según datos de la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (Achila) y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), durante el primer semestre de 2025 cerca de siete millones de pasajeros viajaron hacia o desde Chile en vuelos internacionales de largo alcance, generando ingresos por US$ 177 millones a través de las tasas de embarque.
Con la alza propuesta, este monto podría superar los US$ 210 millones, fortaleciendo la recaudación, pero preocupando a los gremios del sector.
Dos motivos detrás de la medida
La Dirección de Presupuestos (Dipres) explica que el aumento responde a dos objetivos principales. El primero busca corregir una distorsión en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez, donde más del 99% de los pasajeros de este tipo de vuelos despegan, generando un descalce entre la tasa establecida en el contrato de concesión y la tarifa vigente.
Cuando el Nuevo Pudahuel se adjudicó la operación del aeropuerto, la base contractual se fijó en US$ 30, y tras la rebaja a US$ 25 en 2018, el Fisco ha tenido que cubrir la diferencia, desembolsando cerca de $20 mil millones anuales. La actualización propuesta permitiría equilibrar los ingresos y financiar mejoras en infraestructura y dotación aeroportuaria.
El segundo motivo se relaciona con el plan de convergencia fiscal 2029, presentado por Hacienda, que busca estabilizar las finanzas públicas mediante ajustes en tarifas de servicios estratégicos, incluida la recaudación aeroportuaria. Se estima que estas medidas podrían generar hasta $129.413 millones este año, estabilizándose en $19.576 millones anuales desde 2027.
Alertas desde la industria
Los gremios y aerolíneas coinciden en que la medida podría reducir la demanda de pasajeros y afectar la competitividad del país. Jetsmart advirtió que “impacta directamente en el precio final que paga el consumidor, limitando viajes internacionales y la llegada de nuevas aerolíneas”. Por su parte, Latam destacó que los cambios podrían desincentivar el turismo extranjero, reduciendo inversión y dinamismo en la industria.
Sky Airline señaló que, antes de implementar incrementos, sería clave revisar el uso actual de la infraestructura aeroportuaria y optimizar la eficiencia operativa, mientras que Fedetur subrayó que el alza podría frenar la recuperación y crecimiento que el turismo ha experimentado tras años de complejidad por la pandemia.
Entre el impulso fiscal y la conectividad
La recaudación por tasas de embarque es la principal fuente de ingresos de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), y gran parte de lo recaudado financia la operatividad de los aeropuertos y la navegación aérea. No obstante, el sector alerta que incrementos abruptos podrían traducirse en problemas de competitividad y menor flujo de turistas internacionales, justo cuando la industria busca consolidar la conectividad y atraer nuevas rutas y aerolíneas.
La propuesta, que aún se encuentra en evaluación, se enmarca en un contexto de ajuste fiscal, recuperación de la conectividad postpandemia y necesidad de modernizar la infraestructura aeroportuaria, dejando un delicado equilibrio entre mayor recaudación y sostenibilidad del turismo internacional en Chile.