El Ejecutivo decidió modificar la urgencia del proyecto de eutanasia, cambiándola de discusión inmediata a suma, lo que implica que la iniciativa no será votada en el Senado durante la próxima semana, coincidiendo con la visita del Presidente Gabriel Boric al Vaticano. Esta medida busca evitar que la deliberación parlamentaria se superponga con la agenda internacional del mandatario.
El proyecto, que propone un marco legal para permitir que personas que cumplan con los requisitos puedan solicitar asistencia médica para morir, ha generado controversia entre oficialismo y oposición.
Algunos legisladores consideran que la postergación permitirá un debate más profundo y maduro, mientras que críticos señalan que existe una incongruencia ética y política, dado que se impulsa la iniciativa de manera urgente en Chile mientras Boric se reúne con el Papa.
El presidente del Senado, Manuel José Ossandón (RN), explicó que la decisión se enmarca dentro de la planificación semanal de la agenda legislativa, priorizando proyectos que requieren un análisis previo y ajustando las discusiones para que coincidan con la disponibilidad de los comités y senadores.
Legisladores de la bancada de RN, como Eduardo Durán, Miguel Becker y Jorge Rathgeb, manifestaron su descontento por la decisión, calificándola como un acto de contradicción moral y política, ya que la discusión sobre un tema tan sensible se pospone mientras se realizan gestiones internacionales relacionadas con la fe católica del Presidente.
La postergación no altera la prioridad del proyecto, sino que busca que la discusión en el Senado se lleve a cabo con la profundidad y el tiempo necesarios, considerando la complejidad de la iniciativa y su impacto en la sociedad.
La votación formal se realizará después del regreso del Presidente de su viaje al Vaticano, permitiendo que los legisladores analicen con calma los distintos aspectos del proyecto y evitando que el debate coincida con actividades protocolares internacionales.
Este ajuste evidencia la delicada coordinación entre la agenda legislativa y la agenda presidencial, así como los desafíos de legislar temas sensibles como la eutanasia en un contexto de alto interés público y tensión política.
