Durante esta jornada, el puerto de Marsella, en París, recibió la llegada de la llama Olímpica en una ceremonia que reunió a más de 150.000 personas, un millar de barcos y fue encabezada por el presidente Emmanuel Macron.
El velero Belem recogió el fuego olímpico hace dos días en Pireo y estuvo en las costas de Marsella antes de entrar por el medio de los arcos del puerto, en una ovación generalizada.
La llegada de Belem coincidió con la caída del sol en el puerto parisino y fue recibido por una patrulla de aviones caza que dibujaron los arcos olímpicos en el cielo de la ciudad.
La ceremonia estuvo impregnada de símbolos, en un intento de la organización para motivar a los habitantes de país a entusiasmarse con París 2024, instancia olímpica que aún no logra cautivar a los parisinos.
ESPECTÁCULO
A bordo de Belem venía Florent Manaudou, campeón olímpico de natación, quien descendió con la llama olímpica y se la entregó a la atleta paralímpica Nantenin Keïta. Ella, a su vez, se lo pasó a Jul, rapero encargado de encender el pebetero.
Todo esto al ritmo de La Marsellesa, entonada por el tenor Naestro. Previamente, la multitud se había deslumbrado con un espectáculo pirotécnico que acompañó al barco durante los últimos metros antes de llegar al puerto y con la orquesta filarmónica de la ciudad amenizando la jornada.
EL RECORRIDO DEL FUEGO
Desde ahora, el fuego olímpico comenzará a recorrer 64 departamentos del territorio francés de la mano de 10.000 relevistas y se espera que termine su viaje el 26 de julio, justo cuando finalice la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024.
