
Los hechos ocurrieron el 11 de marzo de 2020, en medio de una manifestación en calle Las Rosas con avenida Héroes de la Concepción, en Iquique. En ese contexto, el capitán Claudio Medina, quien se encontraba a cargo de las Fuerzas Especiales y portaba una escopeta con bombas lacrimógenas, disparó hacia un domicilio particular.
Como resultado, una persona que se encontraba dentro de su casa (sin participar en la protesta) fue gravemente herida en la cabeza por el impacto de una bomba lacrimógena disparada desde la vía pública.
A raíz del ataque, la víctima quedó con lesiones y secuelas permanentes, alcanzando un 80% de incapacidad.
Enzo Morales, abogado querellante en la causa, explicó “la víctima estaba dentro de un recinto privado y no participaba en la protesta. Aun así, fue alcanzado por una bomba lacrimógena disparada desde la calle, lo que le provocó daños físicos y psicológicos de por vida”.
Con esta formalización, se da un nuevo paso en la búsqueda de justicia por los hechos ocurridos durante el estallido social, donde múltiples denuncias por uso excesivo de la fuerza siguen bajo investigación.