El pasado sábado 12 de agosto, la Seremi de Salud de la Región Metropolitana confirmó un caso de sarampión importado en un paciente de 42 años quien viajó a Armenia durante el mes de julio por motivos académicos.
Debido a lo anterior, la autoridad sanitaria inició una investigación epidemiológica a fin de determinar los contactos estrechos del infectado para proceder a su vacunación, ante el eventual riesgo de reintroducción del virus en Chile.
Lo anterior, porque este caso corresponde al grupo de riesgo de nacidos en Chile entre 1971 y 1981 que no recibieron dos dosis de la vacuna o que no hicieron la enfermedad.
La jefa de la unidad de Salud Pública de la Universidad Autónoma, Dra. Karla Rubilar, explicó que “el sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa cuya transmisión se cortó, en Chile, en el año 1973 y, desde entonces, hemos tenido sólo casos importados. Es una enfermedad que puede ser grave, incluso fatal, sobre todo en personas adultas. Sus síntomas más frecuentes son tos, fiebre alta, romadizo, conjuntivitis, y unos puntos blancos, al interior de las mejillas, que son síntomas característicos, entre otros. Es importante decir que se contagia por vía aérea, eso quiere decir, que se transmite por gotitas de saliva al toser o estornudar o también por contacto como un beso o utilización de utensilios comunes”.
Consultada por el caso importado la académica indicó que “el Ministerio de Salud debiera identificar rápidamente a los contactos para ver si es necesario vacunarlos porque pudieran estar entre el grupo de riesgo, el cual corresponde a las personas nacidas entre el año 1971 y 1981 quienes recibieron una dosis insuficiente y no se han contagiado durante todo este tiempo”.
¿Cómo prevenir contagios?
El ex asesor del Ministerio de Salud y la Subsecretaria de Salud Pública, durante la pandemia por Covid – 19, Rodrigo Durán Guzmán, afirmó que “la prevención del contagio del sarampión se basa principalmente en la vacunación y en medidas de higiene personal y pública. No obstante, siempre es bueno que las personas consideren otras medidas tales como, por ejemplo: vacunación, higiene personal, evitar el contacto cercano, cubrirse al toser o estornudar, desinfectar permanentemente, si el caso es grave hacer aislamiento preventivo y, en el caso de la autoridad sanitaria, promover la conciencia pública de la enfermedad que se realiza a través de una buena comunicación de riesgo, poniendo a disposición de las personas información útil y de calidad”, concluyó el magíster en comunicación estratégica, académico y periodista.