
El fútbol turco vivió un nuevo escándalo luego de que el Adana Demirspor decidiera abandonar su partido contra Galatasaray, tras un polémico penal cobrado a favor del equipo local. La jugada ocurrió cuando Dries Mertens cayó en el área tras un contacto con Semih Güler, acción que fue sancionada por el árbitro Oguzhan Cakir y ratificada por el VAR, dirigido por Jakos Sundberg.
El cobro generó la furia del equipo visitante, que consideró que el delantero belga buscó el contacto para conseguir la falta. Pese a los reclamos, Álvaro Morata ejecutó la pena máxima y puso en ventaja a Galatasaray. Veinte minutos después, el técnico del Adana Demirspor ordenó la salida de su equipo del campo de juego, una decisión que, según informaciones, habría sido instruida por el presidente del club, Murat Sancak.
A pesar de los intentos de los jugadores de Galatasaray por convencer a su rival de continuar el encuentro, el Adana Demirspor no dio marcha atrás y permaneció en los vestuarios en señal de protesta contra el arbitraje. «Nuestra reacción no es contra el rival, sino ante el sistema de arbitraje», declaró el director deportivo del club, Matin Korkmaz, justificando la drástica medida.
El insólito episodio dejó abierta la incógnita sobre las sanciones que podrían recaer sobre el Adana Demirspor, ya que el reglamento de la Superliga turca establece duras penas para los equipos que abandonan un partido. Mientras tanto, el debate sobre el uso del VAR y su influencia en los encuentros sigue encendiendo la polémica en el fútbol turco.