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ESCÁNDALO EN EL MERCADO FARMACÉUTICO: PÍLDORAS QUE PROTEGEN TU CUERPO, PERO GOLPEAN TU BOLSILLO

Un mismo tratamiento, una misma caja, una misma promesa de control… pero con precios que pueden duplicarse o incluso triplicarse según la farmacia donde se compre. Esa es la realidad que acaba de destapar el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) en su más reciente informe sobre el mercado de anticonceptivos hormonales orales, donde las diferencias de precios alcanzan un escalofriante 200%.

El estudio, bautizado como el “Informe de Caracterización del Mercado de Pastillas Anticonceptivas 2025”, se desarrolló entre el 28 de agosto y el 17 de septiembre de este año, e incluyó 1.698 precios recopilados en 30 farmacias, tanto de grandes cadenas como de establecimientos independientes. El resultado deja al descubierto un sistema desigual y confuso, donde las mujeres —y personas menstruantes— enfrentan no solo un costo económico, sino también una batalla por la información y el acceso.

Una pastilla, muchos precios: el abismo del 200%

El hallazgo más alarmante es la brecha entre los precios de productos equivalentes.
Por ejemplo, en el grupo de anticonceptivos más vendido, la diferencia entre el valor mínimo y el máximo alcanza un 131%: mientras Jolian puede encontrarse en promedio a $10.795, su equivalente Yaz se eleva hasta $24.972. Pero el caso más extremo es el de Juliette y Belara: ambas cumplen funciones similares, pero mientras la primera ronda los $9.990, la segunda llega a $29.970, una diferencia de 200% por el mismo tipo de tratamiento.

En otras palabras: una mujer podría pagar tres veces más solo por elegir una farmacia distinta o por desconocer que existe un bioequivalente más económico.

Bioequivalentes: abundantes, pero invisibles

El informe revela que el 62% de los anticonceptivos comercializados corresponden a versiones bioequivalentes, es decir, tienen los mismos efectos que las marcas originales, pero cuestan menos. Sin embargo, el problema radica en la falta de información clara: apenas 12 de los 30 sitios revisados en línea los identifican correctamente, y de esos, 4 lo hacen mal, incumpliendo la normativa.

Esto significa que miles de consumidoras podrían estar pagando de más sin saberlo. “Hay una asimetría informativa brutal”, señalan desde el Servicio, advirtiendo que las farmacias no están haciendo lo suficiente por visibilizar las alternativas más económicas.

Farmacias independientes vs. cadenas: David y Goliat del mercado

El estudio también muestra que las farmacias independientes ofrecen precios más bajos, pero tienen menor diversidad de productos. En promedio, cuentan con 54 tipos de anticonceptivos, mientras que las cadenas llegan a 74.

Esto deja a las consumidoras en una encrucijada: ¿elegir precio o variedad?
Además, el SERNAC detectó que menos del 1% de los precios corresponden a valores bajo la Ley Cenabast, una herramienta que podría reducir los costos hasta en un 80%, pero que aún tiene baja cobertura y nula visibilidad en la mayoría de las farmacias.

El laberinto del acceso y la desinformación

Más allá de los números, el informe denuncia algo más profundo: las barreras cotidianas que enfrentan las personas menstruantes al comprar anticonceptivos.
Desde diferencias en fórmulas, nombres casi idénticos entre productos, falta de etiquetas, y confusión entre bioequivalentes y marcas, hasta un sistema digital que no garantiza información transparente ni comparativa.

En un mercado donde los precios fluctúan sin lógica aparente y la información se entrega a medias, el acceso real al derecho reproductivo queda en entredicho.

Un llamado urgente a la transparencia y equidad

El SERNAC fue enfático: se necesita fortalecer la fiscalización, ampliar la Ley Cenabast y exigir información clara y estandarizada en todas las farmacias, físicas y digitales.
El objetivo no es solo económico, sino también de justicia: garantizar que el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos no dependa del dinero en el bolsillo ni del azar de una búsqueda en línea.

El informe completo ya está disponible en el sitio web del SERNAC, junto con la herramienta “Calculadora de Gestión Menstrual”, que permite comparar precios de los principales productos de uso menstrual y anticonceptivo del país.

Una conclusión que incomoda

La desigualdad de precios en anticonceptivos no es solo un dato estadístico: es una muestra más de cómo el mercado pone obstáculos a la autonomía femenina. Mientras una farmacia vende una caja de pastillas por 10 mil pesos, otra cobra casi 30 mil por el mismo efecto. La diferencia no está en la química, sino en la falta de regulación, transparencia y empatía.

Y mientras tanto, miles de mujeres siguen haciendo malabares para ejercer su derecho más básico: decidir sobre su cuerpo, sin que el precio sea una barrera.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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