El convenio técnico busca mejorar la infraestructura eléctrica, fortalecer la coordinación institucional y entregar soluciones concretas para garantizar energía más estable en Huara y sus localidades, un paso clave para elevar la calidad de vida, respaldar la educación, salud y producción local, y proyectar un desarrollo sostenible en la comuna.
En el corazón vasto y silencioso de la Pampa del Tamarugal, donde el viento y el sol componen una sinfonía eterna, Huara —una comuna que parece suspendida en el tiempo y el espacio— está escribiendo un nuevo capítulo en su historia de resiliencia y progreso. Con apenas unos pocos miles de habitantes esparcidos por poblados que salpican el desierto, las noches habían sido largas, la energía discontinua o insuficiente… hasta ahora.
El jueves pasado, en un acto que podría quedar grabado en la memoria colectiva local, el alcalde José Bartolo Vinaya selló un acuerdo de colaboración con la empresa de suministro eléctrico, representada por su gerente zonal Luis Gajardo Solari. No fue una firma más: fue la confirmación de una voluntad compartida por encender sueños, potenciar territorios y cerrar brechas históricas.
Bajo ese pergamino firmado, se compromete una cooperación técnica integral que va más allá de la colocación de postes o el mantenimiento de redes. Se trata de diseñar proyectos de infraestructura energética hechos a la medida de un territorio que, por décadas, vio cómo sus localidades aisladas quedaban al margen del progreso urbano tradicional.
La rúbrica representa acuerdos concretos para mejorar el mantenimiento de las líneas eléctricas, planificar desarrollos futuros, coordinar trabajos por necesidades específicas del territorio y establecer una comunicación permanente entre municipio y empresa, un gesto inéditamente colaborativo para esta zona del norte profundo.
La importancia de esta alianza va más allá del papel firmado. Huara no es una comuna cualquiera: con poco más de 2.700 habitantes distribuidos en su vasta superficie, la mayor parte de su población vive en centros rurales dispersos donde la energía constante es sinónimo de desarrollo social, educativo y productivo.
Esto significa que escuelas podrán operar con mayor calidad, centros de salud tendrán respaldo continuo, hogares dejarán de depender de generadores temporales y pequeños emprendedores podrán expandir sus actividades económicas con mayor seguridad y soporte.
Además, la firma ocurre en un contexto aún más amplio de transformación energética local. Huara se ha convertido en un referente regional al desarrollar una Estrategia Energética Local, la primera en Tarapacá, que busca potenciar su propio modelo de crecimiento con sostenibilidad e identidad territorial.
Este compromiso público se materializa también en decisiones concretas: la construcción de una red eléctrica que beneficiará a 17 localidades rurales, llevando suministro continuo a más de 800 familias por primera vez, un cambio que, para muchos, significa el fin de las noches a media luz y el inicio de una nueva era de oportunidades.
Para Bartolo Vinaya, este acuerdo no es solo infraestructura, sino una señal de esperanza: «Es el puente entre el pasado rural de Huara y un futuro luminoso, inclusivo y sostenible», declaró el alcalde, enfatizando que este trabajo conjunto **refuerza la dignidad de cada habitante y la justicia territorial que esta comuna merece».
En una tierra donde las estrellas parecen tocar la tierra desierta y donde cada amanecer parece un poema visual, la energía —antes intermitente y escasa— ahora comienza a fluir de manera continua, encendiendo nuevas posibilidades.
No es solo electricidad.
Es el pulso de una comunidad que se rehúsa a ser olvidada.
Es la luz que ilumina el presente y avizora un futuro con más oportunidades para todos.
