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EL PASADO EMERGE DESDE LAS ALTURAS: TARAPACÁ ROMPE SU HISTORIA Y DESCUBRE LOS PRIMEROS HUESOS DE DINOSAURIO EN LA PRECORDILLERA

Durante millones de años, el desierto guardó su secreto bajo capas de roca y silencio. Hoy, a casi cuatro mil metros de altura, la precordillera de Tarapacá comienza a contar una historia jamás escrita: la de dinosaurios que caminaron, murieron y quedaron enterrados en lo que ahora es Chacarilla.

La región de Tarapacá acaba de marcar un antes y un después en la paleontología chilena. Por primera vez, investigadores confirmaron el hallazgo de restos óseos de dinosaurios en la zona precordillerana, un descubrimiento inédito que rompe décadas de registros limitados únicamente a huellas fósiles. El lugar del hallazgo es el sector de Chacarilla, una zona aislada, abrupta y prácticamente inaccesible, donde el tiempo parece haberse detenido desde la era jurásica.

No se trata solo de un fósil más. Es el primer registro físico de un vertebrado terrestre prehistórico encontrado en esta área del norte del país, un hecho que abre una nueva frontera científica y pone a Tarapacá en el mapa mundial de la investigación paleontológica.

De huellas a huesos: el salto histórico

Durante décadas, Chacarilla y Huatacondo fueron conocidas por sus icnitas: huellas de dinosaurios impresas en la roca, silenciosos rastros que evidenciaban su paso, pero no su identidad. Eran pistas sin cuerpo, señales sin rostro.

Eso cambió ahora.

Según explicó Diego Rojo, director de la Sociedad Geológica de Chile, el hallazgo representa un giro radical en el conocimiento científico de la zona. “Hasta hoy, pese a exploraciones que comenzaron incluso en la década del 60, nunca se habían encontrado restos óseos de dinosaurios en la precordillera de Tarapacá. Este es un punto de quiebre”, señaló.

Los fragmentos fueron encontrados incrustados en estratos rocosos correspondientes al Jurásico Superior, lo que sitúa a estos animales en un período que va entre 145 y 160 millones de años atrás, cuando el desierto aún no existía y el paisaje era radicalmente distinto.

Un hallazgo a casi 4.000 metros de altura

El descubrimiento se produjo en el marco del proyecto “Tarapacá Viva”, una iniciativa orientada a rescatar y poner en valor el patrimonio abiótico de la región. Fue en ese contexto que un equipo multidisciplinario logró identificar fragmentos óseos fosilizados a una altitud que bordea los 3.900 a 4.000 metros sobre el nivel del mar.

El lugar no solo es remoto, sino también hostil: terreno escarpado, oxígeno escaso y condiciones extremas que, paradójicamente, han funcionado como un sistema de protección natural. La dificultad de acceso ha mantenido el sitio a salvo de saqueos, intervenciones humanas o daños accidentales.

Mucho más que saber “que estuvieron ahí”

Mientras las huellas solo permiten inferir tamaño, velocidad o desplazamiento, los huesos cuentan historias completas.

“El análisis óseo permite algo que nunca antes habíamos tenido en Tarapacá: precisión taxonómica”, explicó Rojo. En términos simples, ahora será posible determinar qué tipo de dinosaurios habitaron la región, y no solo asumir su presencia.

Incluso más: los fósiles podrían revelar cómo murió el animal, si sufrió heridas, si enfrentó depredadores o si quedó sepultado por eventos naturales, como aluviones o derrumbes. Cada fragmento es una cápsula de información detenida en el tiempo.

No se descarta, además, que la especie identificada sea desconocida hasta ahora, lo que abriría la posibilidad de un dinosaurio único a nivel mundial.

Nuevas huellas, nuevas preguntas

Junto con los restos óseos, el equipo también identificó icnitas que no estaban registradas previamente, ampliando el catálogo de evidencias fósiles del sector. Esto refuerza la idea de que la precordillera de Tarapacá fue un territorio dinámico, habitado y biológicamente activo durante el Jurásico.

Hasta ahora, los fósiles encontrados en la región habían sido principalmente marinos, como el conocido Elasmosaurus, hallado en zonas costeras. El descubrimiento de dinosaurios terrestres cambia por completo la narrativa geológica del norte grande.

Lo que viene: ciencia, permisos y cooperación internacional

El siguiente paso ya está en marcha. El equipo inició los protocolos legales ante el Consejo de Monumentos Nacionales para obtener autorización de excavación y análisis detallado del material.

De acuerdo con las proyecciones, en un plazo estimado de seis a ocho meses podrían existir resultados preliminares claros sobre la especie descubierta. La investigación podría contar con la colaboración de instituciones de alto prestigio, como el Museo Nacional de Historia Natural y universidades internacionales, incluso desde Alemania.

Un desierto que aún guarda secretos

Bajo el sol implacable del norte y entre cerros que parecen inmutables, Tarapacá acaba de demostrar que su historia no comienza ni termina con el salitre, ni con las culturas ancestrales. Mucho antes, cuando el mundo era otro, los dinosaurios caminaron por estas tierras.

Hoy, millones de años después, el desierto devuelve una parte de esa memoria. Y recién comienza a hablar.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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