
La tranquilidad del mítico y patrimonial Barrio El Morro de Iquique se ha visto severamente alterada por las obras del edificio “Grumete”, ejecutadas por la constructora Equis SpA, según denuncian los vecinos. A pesar que la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) dictó medidas provisionales para controlar la emisión de ruidos, los residentes aseguran que estas aún no se aplican, y la situación se ha vuelto insostenible.
“Entre el ruido y las vibraciones, los golpes, los gritos, la vida cotidiana se ha visto afectada, especialmente para personas mayores, mujeres embarazadas, niños y lactantes. Incluso nuestras mascotas están ansiosas y temblando todo el día”, relata un vecino del edificio colindante, reflejando la desesperación de quienes conviven con la faena.
La SMA ordenó la instalación de pantallas acústicas perimetrales, revestimiento de caucho en las tolvas de los camiones y un plan de coordinación con la comunidad para informar días y horarios de las tareas más ruidosas. Además, se prohibió el uso de excavadoras con martillo hidráulico antes de las 09:00 y después de las 18:00 horas, mientras no se implementen las barreras y el plan de comunicación. Estas medidas debían cumplirse de manera inmediata y dentro de plazos de 10 a 15 días hábiles.
Pese a esto, los vecinos aseguran que la constructora no ha tomado las acciones requeridas, exponiéndolos a ruidos que superan los límites legales establecidos por el Decreto Supremo N° 38 de 2011 sobre emisión de ruidos molestos. Solo en agosto, la SMA recibió 26 denuncias ciudadanas por esta obra, ubicada entre calles Ingeniero Hyatt y Pedro Lagos, que incluyen edificios residenciales y establecimientos educacionales como el Liceo A-11 Elena Duvachell y el Liceo Atenea, afectando el aprendizaje de niños y adolescentes.
El diputado Renzo Trisotti Martínez ofició a la Superintendenta del Medio Ambiente, Marie Claude Plumer Bodin, solicitando fiscalización inmediata, informe sobre las medidas adoptadas y la posibilidad de sostener una reunión con los vecinos afectados, a fin de buscar soluciones eficaces que protejan la salud, el descanso y el derecho a un ambiente libre de contaminación.
Vecinos y residentes del histórico barrio insisten en que, más allá de la legalidad de la construcción, su vida diaria se ha visto alterada por la falta de control y supervisión de la obra, que opera con maquinaria pesada y vibraciones constantes. Algunos incluso denuncian que el proyecto del edificio excede la altura permitida para la zona patrimonial, construyéndose 13 pisos en un sector donde la normativa limita las construcciones a tres.
La comunidad exige respuestas concretas y rápidas: su tranquilidad, descanso y seguridad están en riesgo, y el patrimonio histórico del barrio también podría verse comprometido. La SMA deberá velar porque las medidas ordenadas se cumplan y se protejan los derechos de quienes habitan el sector, evitando que la obra se transforme en un foco permanente de contaminación acústica.
Aquí el oficio presentado por el diputado Renzo Trisotti a la SMA: